- La pandemia del coronavirus ha ahondado aún más en la crisis de Tuvisa, la sociedad municipal del transporte público de Vitoria que, según el Ayuntamiento, arrastra un déficit de un millón de euros y una merma de ingresos que, mínimo, se va a alargar hasta final de año, según reconoce la empresa. La situación que vive a día de hoy es como la pescadilla que se muerde la cola: el Ayuntamiento ha reducido las frecuencias argumentando la falta de usuarios y los vitorianos se quejan de que con las frecuencias actuales de 20 minutos, en el mejor de los casos, no les merece la pena desplazarse en autobús. Una posición que comparten los chóferes de Tuvisa, a día de hoy, en situación de ERTE ante la caída de la demanda. "Cuanto menor sea la frecuencia de los buses, menos se va a utilizar el servicio", apunta Fran Guzmán, presidente del comité de empresa. "Los ciudadanos se quejan de que con los horarios actuales no les merece la pena coger el autobús, y no me extraña porque el servicio es penoso", indica.
El comité de trabajadores de Tuvisa opina que en esta fase 1 de la desescalada del confinamiento, Vitoria debería prestar el servicio de transporte público al cien por cien y regresar a la periodicidad anterior, como hacen otras empresas de transporte público, como Bizkaibus o el tranvía, puntualiza Guzmán. "Dice el Ayuntamiento que ahora no se usa el autobús pero, cómo se va a utilizar si el servicio es penoso", argumenta. Guzmán, quien teme que la decisión responda a razones económicas y que el Ayuntamiento mantenga esta situación hasta final de año, al igual que la de prorrogar el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) que pesa sobre 260 chóferes, en principio, hasta que acabe el estado de alarma.
Guzmán asegura que es factible prestar el servicio al cien por cien con las medidas de seguridad ya adoptadas, como la reducción del aforo al 50%, subiendo al bus por la puerta de atrás, pagando el billete con la tarjeta BAT de transporte y con mascarilla, obligación que, por cierto, no entiende que no se haya extendido a los chóferes. "Nos dicen que es porque ahora no tenemos contacto con la gente". Sin embargo, bajo su punto de vista, lo que tendría que hacer el gabinete Urtaran es colocar mamparas como las que tienen los nuevos vehículos articulados adquiridos.
Además, afirma que ha habido un repunte de viajeros desde que empezó esta fase 1 y se han abierto comercios, terrazas y empresas. Los conductores le han trasladado que han aumentado los usuarios en todas las líneas, pero sobre todo en la que va a Jundiz, servicio en el que, por otra parte, los viajeros se quejan de que no se mantienen las distancias. "No entendemos que Tuvisa diga que pueden ir dos personas en un metro cuadrado cuando el estado de alarma decreta distancias entre ciudadanos de dos metros". Tampoco entienden los chóferes que los servicios a Betoño y Gamarra se presten cada hora, con polígonos industriales tan cercanos. El Ayuntamiento, por su parte, defiende que Tuvisa ha ido adecuando las frecuencias de los urbanos a las necesidades marcadas por el confinamiento.
Cita en los tribunales El distanciamiento entre el comité de empresa de Tuvisa y el Ayuntamiento se mantiene desde que el gabinete Urtaran decretó un ERTE que afecta a 260 chóferes. Desde marzo no ha habido ningún acercamiento, según Guzmán, pero el martes se verán las caras en los tribunales, ya que los juzgados tendrán que pronunciarse sobre la denuncia interpuesta por la plantilla por el expediente de regulación temporal de empleo. Al acto, a puerta cerrada, acudirán los abogados de ambas partes y un representante del SEPE.
El comité de empresa espera que el juez eche para atrás el ERTE, como ya ha ocurrido en Valencia y Valladolid. "Espero que nos den la razón porque somos una sociedad pública", sostiene. "Nosotros lo único que pedimos en su día es mantener la misma situación laboral que los trabajadores del tranvía, por ejemplo, que han seguido trabajando, incluso durante la reducción del servicio, unos al frente de los convoyes y el resto en tareas formativas, pero Tuvisa se negó y decretó un ERTE que nos tememos que intentará prorrogar hasta final de año si puede", lamenta. "Estamos muy quemados porque no entendemos la forma reactuar de la empresa", añade en referencia al sentir de la plantilla.
260
Son los afectados por el actual ERTE en vigor en la empresa de transportes.