- Si algún dato positivo se puede extraer de las medidas de restricción a la movilidad de las personas por la crisis del coronavirus en la “drástica” bajada de los niveles de ruido y contaminación registrados en Gasteiz durante las semanas de confinamiento en las casas, tal y como subrayó ayer el concejal César Fernández de Landa. Dicha disminución oscila entre el 50% y 75% en el caso de los niveles sonoros si se comparan las semanas previas y las de confinamiento. Así lo confirman los datos obtenidos en las siete estaciones de medición de ruidos situadas para monitorizar el ruido procedente del tráfico y el del ocio. Por las tardes, la reducción ha sido incluso superior al horario de mañana en los medidores de las calles La Paz, Madrid, Duque de Wellington y Mateo de Moraza. Como curiosidad, en todos los casos se observa un pico de ruido a las ocho de la tarde que el Ayuntamiento a los aplausos de los ciudadanos desde sus ventanas y balcones.
En cuanto a la calidad del aire, las concentraciones medias de dióxido de nitrógeno (NO2), y las de los otros contaminantes como monóxido de carbono (CO) y benceno (C6H6), también han descendido de una manera “drástica” durante las cuatro semanas de confinamiento, siendo la bajada las dos primeras semanas de marzo para el NO2 del orden del 50% y mayor todavía las dos semanas siguientes de abril, hasta casi el 75% para las concentraciones promedio de fondo urbano. Por su parte, las concentraciones medias del material particulado, las denominadas PM10 y PM2,5, contaminantes que son emitidos, además de por el tráfico, por las calefacciones y las fábricas, han descendido, aunque no las primeras semanas de confinamiento, probablemente porque las temperaturas fueron más altas y apenas llovió, además de por el efecto de las calefacciones. Sin embargo, en abril, con el cierre de negocios no esenciales, sí está siendo significativa la reducción de este tipo de contaminación (entre el 30% y el 50%, según la estación) y aún puede llegar a serlo más.
En cuanto a las labores de limpieza y desinfección de las calles y de recogida de basuras, el edil de Planificación y gestión ambiental, explicó que desde el principio de la crisis socio sanitaria, el Ayuntamiento se adaptó a las nuevas necesidades higiénicas fruto de la pandemia siguiendo los protocolos sanitarios e intensificando las desinfecciones. Reconoció que los primeros días faltó material protector para los trabajadores, sobre todo trajes EPI y que tuvo que reorganizarse todo el servicio. “Antes de la irrupción del virus no había ningún procedimiento, normativa, plan, ni recomendación sobre cómo actuar en un caso como éste. Tampoco estábamos preparados como ciudadanos y nos hemos tenido que ir adaptando y aprendiendo. Y, seguramente, todavía tengamos que seguir haciéndolo”, manifestó Fernández de Landa.
Para acometer las labores de desinfección, el Ayuntamiento dividió la ciudad en 40 sectores y 25-30 equipos los días laborables y 8-12 los sábados, domingos y festivos.
50%
Es el porcentaje de descenso de partículas de dióxido de nitrógeno en el aire de Gasteiz como consecuencia del confinamiento.