- La solidaridad ha empujado a comercios locales y ciudadanos anónimos a aportar su particular grano de arena durante estas semanas de feroz combate contra el covid-19. En el centro de esa ola solidaria se sitúa el material básico, en forma de pantallas protectoras, que precisa el personal sanitario en su titánico esfuerzo por atender a los contagiados por el coronavirus. Ese deseo y “necesidad de hacer algo ante la situación que nos ha tocado vivir”, llevó a Fernando Martínez de Viñaspre a levantarse del sillón y empezar a dar vueltas en su cabeza a la fabricación de un objeto sencillo pero imprescindible para los sanitarios como son las preciadas viseras. El proceso de fabricación ha ido destapando la vena más solidaria de comercios y ha llevado a sumarse a la iniciativa a la centenaria mercería Morant Ibañez. Desde su trastienda del local situado en la plaza General Loma han salido los metros de goma de sujeción necesarios para las 700 viseras en las que derivó el pensamiento inicial de Martínez de Viñaspre.
La trayectoria de gestor cultural y organizador de destacadas exposiciones en la Sala Fundación Vital de la plaza de los Fueros, ha servido a Martínez de Viñaspre para disponer de los contactos necesarios a los que adquirir un componente esencial como el policarbonato. Recurrió a sus proveedores habituales y se topó con un mercado sumido en “una demanda increíble de este producto y el precio disparado que ahora tiene este material”, explica Martínez de Viñaspre en conversación con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. A pesar de todo no dudó en rascarse el bolsillo y desembolsar un “dinerito importante” con el que adquirir la cantidad suficiente para producir esas 700 viseras. A partir de ahí arrancó un proceso de fabricación “totalmente artesanal, a diferencia de otras iniciativas en las que se han empleado impresoras 3D”, relata a este diario. El hecho de no contar con esta ayuda llevó a Martínez de Viñaspre a dar una vuelta de tuerca al diseño final de las pantallas. Esas impresoras aportan la diadema que aprieta las sienes durante las horas que permanecen sobre las cabezas del personal de Osakidetza. Sin embargo, es aquí donde estas 700 unidades muestran su elemento diferencial y las convierten en más livianas y menos molestas “la cantidad de horas que las llevan puestas los sanitarios”, concreta el creador de los artilugios. Ese problema de aliviar la presión los solventó recurriendo “a un concepto como el de la simplicidad de las cosas que caracteriza al diseño noruego”, especifica Martínez de Viñaspre. De esta manera redujo la distancia entre el policarbonato y la cara de los profesionales con la colocación de una espuma de alta densidad apoyada en la frente y la goma en la parte posterior que sujeta el artilugio.
Es en este punto donde se cruzan los caminos solidarios de Martínez de Viñaspre y Morant Ibañez para rematar el proceso de fabricación de las pantallas. Se puso en contacto con el responsable de la emblemática mercería de General Loma, Paco Morant, y él mismo se encargó de coger los metros necesarios de goma del almacén de su tienda y “entregármelo en mi domicilio y no cobrármelo”, remarca el diseñador. “La serví la mercancía en dos pedidos diferentes. En total unos 700 metros”, concreta Paco, una de las cabezas visibles actuales de la longeva dinastía comercial de Morant Ibañez. El material adecuado para estas caretas es la “goma plana de unos 6 milímetros de anchura, que aguanta mejor el peso”, define el responsable de la mercería. Esta goma es diferente a las otras que viseras fabricadas por las impresoras 3D que se rematan con la “goma redonda que no es capaz de soportar tanto peso”.
Se reafirma el responsable de Morant Ibañez en no cobrar ese material como “pequeña aportación para tratar de ser útil en un momento tan complicado como éste”, lamenta. Estos tiempos de coronavirus han convertido en habituales estas “donaciones de material para toda aquella gente que esté realizando cualquier tipo de producto para cooperar contra esta pandemia”, remarca. De esta manera Morant Ibañez ha entregado de forma altruista mercancía de su almacén a entidades como Apdema o a unos talleres de la Diputación de Álava. También ha recurrido a este comercio solidario el traumatólogo Mikel Sánchez y su equipo, que se hallan confeccionando un millar de batas de plástico duro para distribuir entre todos los profesionales. “Le he llevado cerca de 350 metros de hilo duro y unos 400 metros de goma”, explica entusiasmado. Esta donación se mantendrá en el tiempo “mientras tenga en el almacén bovinas de hilo y goma y todavía me quedan unas cuantas”, explica esperanzado ante los nuevos pedidos que puede recibir
No es sencillo cumplir con este espíritu solidario y tiene sus complicaciones para entregar los pedidos. Al residir fuera de la capital, tiene que superar los numerosos controles que salpican las vías de acceso y obtener la autorización necesaria para adentrarse en su local y recoger el material necesario que posteriormente distribuye de forma gratuita. En ambos casos, Fernando y Paco, se muestran satisfechos de esta labor. “En lo que podemos colaboramos”, reiteran ambos. La satisfacción es total después de comprobar Martínez de Viñaspre como su material, perfectamente desinfectado y entregado entre los profesionales, ha sido recibido con alborozo. Incluso desde Osakidetza le remitieron un correo electrónico de una profesional de Rioja Alavesa donde le expresaba su gratitud y felicitación. “No tengo ninguna duda de que es la mejor inversión que he llevado a cabo en mi vida y no me duele la cantidad de euros que me ha costado. Todos debemos arrimar el hombro”. No deja pasar la ocasión para recordar a los gasteiztarras la “solidaridad del comercio local ante este caso de situaciones y que los ciudadanos debieran tener en cuenta para cuando termine la situación de confinamiento”, lanza como reflexión en su última frase.
“Mientras tenga en el almacén metros de hilo y goma se lo donaré a quien lo necesite”
“Es mi pequeña aportación para superar este momento tan crítico que vivimos ”
Paco Morant. Responsable Morant Ibañez
“Es la mejor inversión que he hecho en mi vida y no me duele el dinero que me ha costado”
“Cuando pase la pandemia habrá que agradecer al comercio local esta implicación”
Fernando Mtz. de Viñaspre. Promotor de la fabricación de pantallas