- Samantha González, secretaria provincial y portavoz de Satse, da las claves para superar la crisis del coronavirus en Araba: actuar con sentido común, creer y seguir las recomendaciones que ofrece Osakidetza y ser solidarios con el resto de ciudadanos. Recuerda que de momento no hay ningún tipo de colapso y cuentan con recursos, pero que para que esto siga así, "la ciudadanía tiene que colaborar y aportar también su granito de arena".
¿Cuál es la situación que se está viviendo en la actualidad tanto en los ambulatorios como en los hospitales alaveses?
-La situación de los ambulatorios es un poco más liviana, pero la de los hospitales es más difícil y complicada. Se está reduciendo la actividad más demorable, se está pensando en acondicionar otra planta como una UCI, etc. Hay varios proyectos, pero ninguno está todavía definido. La situación es difícil, pero no solo depende del hospital y de cómo lo gestione.
También depende de los ciudadanos, ¿verdad?
-Sí. Es que en gran medida depende de todos, de cómo llevemos a cabo las recomendaciones que nos mandan. En ese sentido, por mucho que queramos ampliar y poner más camas, si nos contagiamos todos a la vez va a ser muy difícil mantener una buena atención. Ahora la situación es difícil y está controlada y hay proyectos para seguir controlándola, pero se necesita que la gente tenga mucha conciencia en la calle. Las recomendaciones tienen que ser como un credo para todos los ciudadanos.
En ese sentido, los enfermeros y las enfermeras que trabajan en un hospital como Txagorritxu y los de ambulatorios como el de Legutiano o Laudio también tienen una carga de trabajo diferente, ¿no?
-Es diferente, sí, pero me imagino que con el tiempo se irá reorganizando todo. Supongo que usarán a la gente que en un momento dado no tiene demasiada carga y la reubicarán en otros sitios, pero para eso también hace falta una formación previa. En centros de salud, y más en los rurales, la situación es diferente que en los hospitales grandes.
El panorama cambia cada día, cada hora incluso. ¿Cómo conviven ustedes con una rutina tan variable?
-Cuando estás ahí no eres consciente de cuánta gente más o menos hay, y es algo que sí, cambia mucho. La recomendación que quiero hacer es que tenemos que guiarnos y fiarnos de los datos epidemiológicos porque esa contabilidad la lleva el Gobierno Vasco, así que son los datos fiables, porque todo lo demás es muy difícil de controlar. Siempre que ves un aislado no significa que sea un caso positivo de coronavirus.
¿En Araba hay ahora mismo escasez de algún medio ya sea humano o material?
-Ahora mismo se están reforzando los servicios y hay gente para contratar. De momento, se sigue teniendo control. Sigue habiendo gente suficiente para ofrecer un cuidado adecuado y una buena asistencia. Ahora mismo, en cuanto a material y en cuanto a UCI y en cuanto a camas y personal estamos cubiertos. Todavía hay margen en todo y se están preparando otros habitáculos, se está trabajando en otras estancias para convertirlas en UCI y en plantas de hospitalización una vez que se nos acabase el hospital, que todavía nos queda.
Además, desde otros hospitales les están ofreciendo camas y habitaciones.
-Nos han ofrecido habitaciones, camas y respiradores. Es de agradecer porque tenemos el apoyo de los de al lado. La situación es complicada pero está controlada, haciendo muchos cambios pero está controlada.
Una de las peticiones que se está haciendo a la ciudadanía es la de no llamar al 112 y emplear el 900203050 en caso de tener alguna duda con respecto al coronavirus. ¿Qué ocurre si todo el mundo llama al 112?
-Llamar al 112 por dudas relacionadas con el coronavirus supone que un infartado que llame no le van a poder coger, y un infarto no puede esperar más de media hora. Una persona que tiene una duda o sospecha pero no tiene sintomatología está haciendo un uso muy peligroso de un teléfono que lo necesita otra persona mucho más. Hay que tener en cuenta que el 112 es para emergencias. Si alguien está afectado por el coronavirus y tiene insuficiencia respiratoria, por supuesto, pero si alguien solo está nervioso y quiere saber si le van a hacer la prueba o no, le pido que no use el 112, que es para personas en un riesgo muy importante. Sin ser alarmistas, y sin tener miedo, sí hay que preocuparse, anticiparse y seguir las recomendaciones de lavarse las manos, de no realizar actividades de ocio donde haya muchas personas. Hacer una vida relajada y lo más limpia posible. Creo que la población adulta debe saber y no tomarse a broma estas recomendaciones. Va a ser la manera de no colapsar el sistema.
Como profesional de la salud, ¿considera que la ciudadanía está cumpliendo con las recomendaciones ofrecidas por Osakidetza?
-En líneas generales, creo que lo que en los centros de salud se ve cómo ha disminuido la actividad banal -cosas que consultaríamos en un momento normal ahora nos lo estamos pensando- y se está siendo muy responsable, pero a nivel social y sin querer crear alarma, por lo que percibes en la gente, hay una parte de la población que piensa que es infalible y que esto es una exageración. Con eso ponen en peligro todo el bien que hace el resto de la ciudadanía. Sobre todo, y sin tener miedo, hay que tomárselo en serio, no pensar que esto es algo que no nos va a tocar y no va a colapsar nuestro sistema sanitario, porque es finito y tiene límites que si superamos dará problemas. Si yo estoy paseando en moto y tengo un accidente en un sistema colapsado, puedo llegar a una UCI en la que no me puedan atender. El colapso de un sistema sanitario es algo muy grave. Ahora no estamos colapsados, pero hay que prevenir para no estarlo en el futuro.
Como ciudadanos, ¿qué está en nuestras manos para evitar que cunda el pánico?
-Creo que deberíamos utilizar, en primer lugar, el sentido común. Tenemos que creer y seguir las recomendaciones que nos están dando, no creernos infalibles. Aunque nosotros vayamos a pasar una enfermedad con muy poca sintomatología, mientras hemos ido moviéndonos hemos podido hacer daño, sin saberlo, a gente mucho más vulnerable. Hay que tomar todas las precauciones que nos han dado y ser conscientes, porque si tengo una comida de treinta personas igual no tengo que hacerla de momento. Tenemos que plantearnos hacer una vida en casa, tranquilos, con pequeños grupos, sin tener miedo ni agobiarnos, pero que todo lo que nos diga nuestra cabeza que podemos aplazar o cancelar hacerlo. Actuemos de una manera sensata. Y, por supuesto, no acudir a los hospitales ni llamar al 112, usar el ya citado 900203050.
900 20 30 50
Este teléfono sirve para que, en caso de que un usuario tenga dudas o preocupaciones con respecto al coronavirus, lo utilice y las aclare.
112
A este teléfono no se debe llamar para preguntar dudas. Es el teléfono de emergencias y debe usarse solo en caso de emergencia.