vitoria - La violencia hacia los menores, sea ésta del tipo que sea, se puede evitar, aunque para ello resulta imprescindible ahondar en la prevención o en el desarrollo de instrumentos que ayuden a su detección. El Gobierno Vasco, que se ha propuesto “coger el toro por los cuernos” de esta problemática, acaba de lanzar una nueva herramienta web para detectar sospechas de la existencia de abusos sexuales a menores, una de las caras más crudas de esta problemática. Desarrollada por un equipo de profesionales de la cooperativa de iniciativa social Agintzari, está dirigida a profesionales en contacto con la infancia y la adolescencia, tanto del ámbito educativo como sanitario, de los servicios sociales u otros de proximidad, y pretende arrojar algo de luz en la identificación de casos por lo general muy difíciles de detectar. Según detalló ayer en Gasteiz Rosa Lizarraga, psicóloga y psicoterapeuta infantil de Agintzari durante la presentación de este test de chequeo -screening-, la herramienta está diseñada para poder establecer la existencia de una sospecha fundada de abuso, “no su existencia como tal”. Por ello, siempre requerirá de una valoración posterior por parte de un equipo especializado. Está alojada en la siguiente dirección y ya se encuentra activa: http://screening.agintzari.com/

Lide Amilibia, viceconsejera de Políticas Sociales, destacó que esta novedosa iniciativa puede ser “muy útil” para mejorar en la detección precoz de estos casos, ante los que la población vasca “no puede vivir de espaldas”. Un informe sobre violencia infantil encargado por su propio departamento y también presentado ayer constata, de hecho, que la violencia infantil ha experimentado una tendencia al alza en los últimos años, que puede guardar relación tanto con una mayor concienciación social como con que ahora se denuncian más casos. Sin embargo, según apuntó Ainara Canto, responsable de investigación de EDE Fundazioa -autora de este estudio-, a día de hoy apenas se notifica un 10% del total de los casos de violencia hacia los menores mientras ésta se produce, una tasa que en el caso de la violencia sexual se reduce a un pírrico 2%. Según apunta el informe, se estima además que una de cada cinco personas ha sufrido algún tipo de violencia sexual durante su infancia. De media, los procesos legales se alargan en el tiempo hasta los tres años y los menores cuentan los abusos, una vez denunciados, hasta cuatro veces, con el daño adicional que esto les genera.

Según detalla el estudio, en torno a uno de cada cinco alumnos de entre cuarto de Primaria y cuarto de ESO afirma haber sufrido a menudo algún tipo de maltrato entre iguales en la escuela, una tasa que también ha crecido en los últimos años. Un 13% del alumnado de Primaria ha padecido algún tipo de ciberbullying por parte de sus iguales durante el último año, una tasa que se ha incrementado en casi dos puntos con respecto a la consulta anterior, de hace cuatro años. Mientras tanto, un 32% los escolares de ESO afirma haber sido testigo de casos de exclusión de compañeros por su orientación sexual o por el hecho de ser chico o chica en el ámbito escolar. El estudio calcula además que unas 1.500 niñas menores de 15 años procedentes de países donde la mutilación genital femenina tiene un fuerte arraigo identitario residen actualmente en la CAV.

Con rostro femenino. Cerca del 10% de las mujeres de 16 o más años ha sufrido violencia física de alguna pareja o expareja en algún momento de su vida, mientras que el 60% de las mujeres con descendencia que la han padecido afirma que sus hijos presenciaron o escucharon alguna de las situaciones de violencia, lo cual constata que esta lacra tiene rostro femenino. El estudio alerta de que la incidencia de la violencia psicológica de control por parte de la pareja o expareja entre las mujeres jóvenes de 16 a 19 años asciende al 25%.