Vitoria - Una de las construcciones más esperadas y deseadas en el Valle Salado dará un paso de gigante mañana, ya que durante el primer día de esta semana, tal y como informó ayer la Diputación Foral de Álava, comenzarán las obras de construcción de la nueva pasarela que permitirá cruzar el río Muera para conectar el Valle Salado con la ruta verde del lago Caicedo-Yuso. La nueva infraestructura de madera antideslizante tendrá una longitud de 22 metros y forma parte de una intervención más amplia que incluye la restauración paisajística del entorno de la iglesia Santa María de Villacones.

Con un presupuesto de 149.901 euros, la reforma contará guiños arquitectónicos a la historia de Salinas de Añana, tales como una barandilla que recuerda la estructura de las eras de sal o distribuciones vegetales que imitan el escudo del pueblo. Además, incluirá la instalación de mesas y sillas para el descanso de ciclistas y peatones, que también están adaptadas para las sillas de ruedas o los coches de bebés.

Se llevarán a cabo, asimismo, plantaciones de árboles autóctonos, algunos de los cuales tienen también en cuenta la historia y cultura de la zona. Tal es el caso del Cercis siliquastrum, también conocido como árbol de Judas, que busca conmemorar la quema de Judas que se celebra cada Semana Santa en Salinas de Añana.

“Con esta intervención resolvemos la conexión del Valle Salado con la ruta verde del lago e incorporamos este espacio de nuestra Red Natura 2000 a los planes turísticos y culturales de los y las visitantes del Valle Salado”, explica el diputado foral de Medio Ambiente y Urbanismo, Josean Galera. En el mismo sentido, ha puesto en valor “la red de itinerarios verdes que vertebra Álava permitiendo el acceso de ciclistas y peatones a nuestros espacios naturales”. Una red que, actualmente, cuenta ya con 1.220 kilómetros interconectados entre sí.

El punto de inflexión para el Valle Salado se produjo a finales de los años 90, cuando la Diputación inició una serie de actuaciones directas con objeto de generar las condiciones necesarias para recuperar la sostenibilidad perdida. Para ello, se puso en marcha un Plan Director (2000-2004) fundamentado en los buenos resultados en uno de los monumentos más relevantes de Álava, la Catedral Vieja de Vitoria (Premio Europa Nostra 2002).