Vitoria - El número 7 de la avenida de Santiago congregó ayer al mediodía a más de medio centenar de personas que se habían dado cita por una misma razón: la inauguración de la nueva sede del Colegio de Médicos de Araba. Se trata de un recinto que ha duplicado el espacio disponible, y que ya ha comenzado a acumular galardones.

Kepa Urigoitia, presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Álava (Icoma), recordó que esta inauguración coincide con el 120 aniversario de la corporación, que ya cuenta con 2.000 asociados y asociadas. “El objetivo es seguir abriéndonos a la sociedad”, explicó. No en vano, este es el año de Icoma. Sumado a las conferencias que organizará para la ciudadanía y los profesionales médicos, recibirá de manos de la Diputación la Medalla de Álava por su trayectoria el próximo 14 de noviembre.

A la inauguración acudieron, además de varios colegiados que no quisieron perderse la ocasión y que por la tarde tuvieron su momento para conocer las instalaciones, diferentes personalidades del territorio histórico y de todo el Estado, tanto del ámbito de la medicina como de otros sectores. A todas ellas reconoció, una por una, su presencia el doctor Urigoitia, que quiso agradecer su asistencia “con la frase más simple: gracias”.

Quienes se sumaron por la tarde al acto dedicado a los profesionales, pudieron disfrutar de la exposición de material médico antiguo que ha recuperado el Icoma. Entre otras cosas, pueden encontrarse camillas urológicas de hace unas décadas, material ginecológico, de oftalmología y unos maniquíes de anatomía de 1850. Coincidiendo con ambos actos, este reconocido médico quiso traer a la memoria que la junta directiva cumple también catorce años al frente del Colegio. Recalcó que, al tratarse de una agrupación modesta que no tiene grandes presupuestos, es de valorar el trabajo que, tanto esta junta como las anteriores, han realizado en materia de ahorro para hacer este sueño -una sede que se acerque más a la ciudadanía y a sus asociados- realidad.

Por su parte, el diputado general de Álava, Ramiro González, quiso pronunciar unas palabras en las que resaltó lo importante que es la existencia de los colegios profesionales. Este, en concreto, pasó de tener 80 socios hace 120 años a los 2.000 con los que cuenta en la actualidad. “Es importante tener una relación con la sociedad”. Todos los ponentes quisieron poner en valor que sin personas no se construye nada, y que “hay que anteponer al paciente por encima de cualquier interés”.

El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, que se sumó a las felicitaciones y agradecimientos, recordó que, a pesar de que han transcurrido 120 años desde la fundación del Icoma, la relación de la capital con la medicina es mucho más antigua. “Gracias por ayudar a cumplir un deseo de muchos y muchas, el de poder vivir más y mejor”, concluyó Urtaran.

Mientras los aplausos resonaban por todo el salón de actos, que cuenta con más de cien butacas, Jesús Loza -delegado del Gobierno en el País Vasco-, Mikel Sánchez -que acudió en representación de la consejera de Salud- y Serafín Romero -presidente del Colegio General de Colegios Oficiales de Médicos- tomaron la palabra para extender sus felicitaciones y recordar sus propias colegiaciones. Jesús Loza lo hizo hace 44 años. En su discurso, les animó a seguir trabajando como lo hacen.

Para Mikel Sánchez, el Colegio Oficial de Médicos de Álava es muy especial, porque fue su primer colegio. “Me siento muy orgulloso de los profesionales de este país”, añadió.

Por su parte, Serafín Romero quiso aprovechar la ocasión para hablar del programa de atención integral al médico enfermo, que nació en 1998 en Barcelona y que ya ha atendido a más de 5.000 médicos. También recordó el código deontológico, que se renovó en el año 2011. “Hoy nos sentimos especialmente contentos”, aseguró.

Nueva distribución Esta sede cuenta en la actualidad con una nueva aula formativa de 50 plazas y con un salón de actos de más de 100 butacas. La planta baja, en la que se descubrió la placa conmemorativa y se bailó un aurresku con la presencia del obispo de la diócesis de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, alberga la oficina, una sala de informática, el área de comunicación y un aula informativa modulable. En el piso superior se encuentran los despachos, la sala de juntas y el citado salón de actos, entre otros espacios.

Este diseño, creado por el estudio Entresitio, resultó vencedor en los Architecture Masterprize 2019 y obtuvo una mención honorífica en los Design Awards París 2019. Asimismo, fue finalista en otros tres concursos de talla nacional e internacional, como son The Plan Awards 2019, Arquitectura Plus a+ 2019 y Bigmat Internacional Architecture Award 2019.