Las cajas que aguarda el museo Sociedad de Amigos de Laguardia, ahora renombrada como Lagum, sigue y seguirá siendo un cúmulo de sorpresas referidas siempre a la historia de Rioja Alavesa y de Álava. Se anuncian nuevas sorpresas, pero la última ha sido despejar de un buen número de cajas que hacen referencia a la escuela católica que hubo en Laguardia con fotos, libros, documentos y manualidades gracias a que una maestra, María de Lera, lo dejó todo bien guardado para que no se olvidara esa parte de la historia de la postguerra.

La persona que ha trabajado más de un año revisando todo ese material, clasificándolo y seleccionando lo que se iba a exponer es Susana Koska, a quien la Sociedad de Amigos de Laguardia designó como comisaria de esta exposición denominada Historia de una maestra de Laguardia, que se puede visitar los fines de semana y los puentes festivos hasta el 22 de diciembre.

Como detalle de bienvenida a la exposición, durante los dos últimos fines de semana, los asistentes han podido disfrutar de la proyección de la película muda El balcón de la Rioja, realizada en 1927 y dedicada a Laguardia y a la inauguración de las escuelas públicas que financió Víctor Tapia para que pudieran recibir educación los niños de Bilbao, como se cuenta en los fotogramas. El nombre de aquel empresario, que hizo una gran fortuna que compartió con muchas obras sociales y apoyó a personas con enfermedades o dificultades, se recuerda en la actualidad en el nombre de las actuales escuelas de la villa medieval.

Koska, que está realizando una gran labor de catalogación y conservación de la enorme cantidad de material que guarda la Sociedad de Amigos de Laguardia, entre ellos una ingente cantidad de documentos y material de la Guerra civil, explica sobre esta exposición que “en el tiempo republicano, las fuerzas vivas del pueblo, como les habían sacado la religión de la escuela decidieron abrir una escuela, que se ubicó donde hoy está la casa parroquial de Laguardia”. Fue en el año 1935 cuando se abrió esta escuela católica, para niñas, que la dirigió María de Lera, que era la hija del farmacéutico del pueblo y alumna de las Ursulinas de Vitoria. Se trata de una pequeña escuela, donde imparten religión, cosa que en el resto de pueblos no se hacía y se cierra al inicio de la Guerra civil porque en el pueblo -se dice- hay una epidemia de difteria, escarlatina o algo así, aunque parece ser que no era verdad. Hubo que esperar hasta el año 1939 para que se reabriera la escuela, aunque la de la casa parroquial ya no se vuelve a abrir porque no hacía falta al estar las escuelas, hasta ese momento cerradas, fundadas por Víctor Tapia. Añade la responsable de la exposición que ese año “la educación cambia radicalmente a una formación católica y con un troncal muy definido y todo eso es lo que podemos ver en la exposición: trabajos infantiles, labores del hogar, material de la escuela y la foto, del año 1944, que tenemos, que ha sido una de las atracciones, ya que el primer día que se colocó ya se había identificado a 50 de las 60 personas que aparecen en la imagen”.

La comisaria de la muestra subraya que “al abrir las cajas nos hemos encontrado con una gran cantidad de material: planos de cómo estaba distribuida la escuela y otras muchas cosas: un material sorprendente, exquisito y muy difícil de ver en algún otro lugar, además de muy bien conservado porque María de Lera era muy primorosa y lo guardó de tal forma que al abrirlo parecía comprado hoy mismo y no en una librería de viejo”, explica.