amurrio - Ilusionados. Ésa es la palabra que mejor define el sentir generalizado de la denominación de origen Arabako Txakolina ante el estado del viñedo y la más que cercana nueva cosecha. “Ahora mismo el proceso de maduración de nuestro viñedo se encuentra evolucionando de manera extraordinaria con tiempo soleado y suave y, además, con ligeras lluvias que vienen muy bien al proceso vegetativo y hacen presumir una muy buena vendimia”, explica el secretario-gerente de la DO, José Antonio Merino.
En líneas generales, la vendimia dará inicio la primera semana de octubre, adelantando una semana su acostumbrado inicio, y la ilusión del sector ante ésta viene avalada por una serie de aspectos tales como “una muy buena sanidad de los granos, mayor cantidad de uva respecto a la de 2018, buen nivel de acidez y un extraordinario nivel cualitativo”, enumera Merino. Todo ello ha sido posible gracias a un año que ha sido más seco que el pasado, ya que las lluvias de esta campaña han estado, según zonas, por debajo de lo acaecido en 2018 en casi un 50%. No obstante, “el agua ha venido de forma bastante escalonada y con vientos suaves, lo que ha evitado grandes episodios de mildiu, aunque ahora hay bastante temor a la posible aparición del hongo de la botrítis debido a los rocíos y si la lluvia llega a ser persistente en estas dos próximas semanas”, añade con precaución y antes de lanzar las campanas al vuelo.
No en vano, el sector txakolinero aún tiene muy presente el auténtico batacazo productivo sufrido en 2017, cuando las vides no lograron recuperarse de la nefasta helada de San Prudencio y, en consecuencia, las bodegas solo pudieron recepcionar 373.024 kilogramos de uva que se materializaron en, aproximadamente, 350.000 botellas de txakoli aunque de “muy buena” calidad.
En concreto, el desplome de producción fue superior al 50%, respecto a la cosecha histórica de 2016 (659.126 kilogramos y 630.000 botellas), y vino de la mano de un adelanto de 20 días en la vendimia. “Algo sin precedentes en nuestra denominación de origen”, recuerda Merino. En la del pasado año lograron recuperar un 40% del grano, que se vio materializado en la elaboración de en torno a 500.000 unidades ligadas además, como viene siendo habitual, a un mantenimiento de su ya famosa alta calidad. Y es que la calificación oficial de la añada -según los paladares expertos del laboratorio de análisis sensorial de la Facultad de Farmacia de la UPV- fue de muy buena. “Un 60% se llevó un excelente, pero hace falta un 75% para que la puntuación se extienda a toda la producción que, en un 33% recibió un muy bueno y un 7%, bueno, y de ahí la media”, matiza Merino.
Para la de este año todo apunta a que la recuperación sigue su curso, pese al vaticinio de una nueva merma productiva -lanzada por varios bodegueros de Amurrio, Okondo y Artomaña, en el Txakolin Eguna del pasado 1 de junio- a consecuencia de las insólitas heladas de mayo que, en algunos puntos, arrasaron hasta el 80% del viñedo. Y es que, en estos momentos, la previsión es “de mayor cantidad, muy buena calidad y un previsible inicio de recogida de la uva, para la primera semana de octubre, que están haciendo que las bodegas se encuentren ya preparando sus equipos de vendimia para su correcto funcionamiento”, sentencia Merino.
Recogida. La vendimia dará inicio la primera semana de octubre, adelantando una semana su acostumbrado comienzo.
Ilusión. Según explica el secretario-gerente de la denominación de origen Arabako Txakolina, José Antonio Merino, la ilusión del sector ante esta vendimia viene avalada por una serie de aspectos, tales como “una muy buena sanidad de los granos, mayor cantidad de uva respecto a 2018, buen nivel de acidez y un extraordinario nivel cualitativo”, asegura.