labastida - El departamento de Medio Ambiente del Gobierno Vasco ha formulado el informe de impacto ambiental para la instalación de valorización de residuos de construcción y demolición mediante el uso de maquinaria móvil en las instalaciones de la empresa Áridos y Hormigones Campino, en el término municipal de Labastida.

Se trata de una empresa ubicada a escasa distancia del puente que une Álava con La Rioja, en el término de Labastida y muy cerca del cauce del río Ebro. Además, está a apenas dos kilómetros y medio de la zona protegida de Gimileo, en un espacio recuperado, ya que fue una antigua gravera y ahora es un espacio de protección de flora y fauna vinculada al río.

El proyecto que tiene la empresa es una instalación de valorización de residuos de construcción y demolición, cuyos materiales resultantes se destinarán a la restauración de las distintas graveras explotadas por la empresa y localizadas en la comunidad autónoma de La Rioja.

El proyecto contempla la construcción de una planta en el interior de las instalaciones que la empresa Áridos y Hormigones Campino tiene en Labastida, donde desarrolla la actividad de fabricación de cemento y hormigón. La instalación ocupará una superficie aproximada de 3.500 metros cuadrados, dividida en cuatro subzonas: descarga y almacenamiento (de 1.250 metros cuadrados); tratamiento (500 m2); almacenamiento de producto terminado (975 m2) y subzona de contenedores de impropios (400 m2).

Como obras previstas, la empresa pretende realizar pequeños movimientos de tierras para acondicionar el terreno dentro de las instalaciones de la firma. Se ejecutará una solera de hormigón de 0,16 metros de espesor que dispondrá de cuneta perimetral para conducir el agua de escorrentía a un tanque de lixiviados.

La instalación contará con un centro de recepción de residuos de construcción y demolición donde los camiones descargarán esos residuos sobre la losa de hormigón en la subzona de almacenamiento. En el caso de que estos residuos vengan acompañados de otros materiales (impropios), como pueden ser plásticos, madera, metales y otros residuos no adecuados para la valorización se dispondrán en contenedores para realizar la separación de los mismos.

De allí pasarán al tratamiento mecánico de machacado hasta conseguir un tamaño adecuado para labores de restauración y posteriormente, el producto tratado se almacenará en otra subzona, separada de la zona de recepción por un murete de hormigón, hasta su uso como material de restauración.

Los materiales que se tratarán en esta planta son hormigón, ladrillos, tejas y materiales cerámicos, mezcla de hormigón, ladrillos, tejas y materiales cerámicos, residuos mezclados de construcción y demolición y tierras y piedras. La cantidad de residuos a valorizar es de 8.000 toneladas al año. La capacidad de tratamiento de la machacadora móvil es de 850 toneladas por hora, lo que arroja 75 horas o 10 jornadas de tratamiento al año. El volumen de material valorizado se estima en 5.800 metros cúbicos al año. La cantidad de impropios (plásticos, madera y otros) se estima, por su parte, en 400 toneladas al año.

En cuanto a residuos peligrosos, como baterías, filtros, trapos, etc. se almacenarán en bidones dentro del taller hasta su retirada por un gestor autorizado. Y los residuos de mantenimiento de la maquinaria (filtros, aceites, etc.), no se almacenan en las instalaciones. El informe señala que no se contemplan vertidos de agua dentro de la instalación. El agua de escorrentía será conducida mediante un canal al tanque de lixiviados donde los sólidos en suspensión decantaran y el agua limpia podrá ser reutilizada. Los sólidos decantados serán retirados periódicamente.

En cuanto a la maquinaria necesaria para esa actividad se reseña una para la cargadora, equipo de trituración móvil, equipo de clasificación móvil, camión tráiler y contenedores para la clasificación de impropios. La actividad utilizará las instalaciones y elementos auxiliares de la actividad actual (caseta de control, báscula, taller, etc.), que está delimitada por un cerramiento y una barrera vegetal.

La planta de gestión de residuos se localiza en una antigua terraza fluvial elevada con respecto al cauce actual del río Ebro. La empresa comenzó su actividad en esta ubicación en los años setenta explotando gravas y el terreno fue ocupado por las actuales instalaciones dedicadas a la fabricación de cemento y hormigón. Se trata de un espacio previamente alterado, por lo que la introducción del nuevo uso no implica la pérdida de suelo ni de hábitats naturales. El emplazamiento está rodeado por viñedos. En el informe medioambiental se destaca que la planta se situará aproximadamente a 250 metros de la ZEC del río Ebro, en su margen izquierda y fuera de la zona periférica de protección.