Vitoria - Las fiestas de Gasteiz son terreno abonado para los blusas y las neskas, que aprovechan cada segundo de casi una semana de celebraciones desde que Celedón decide bajar desde la torre de San Miguel para disfrutar entre los suyos. Bajo esa perspectiva, las cuadrillas aprovecharon el día de ayer, el dedicado a los más veteranos, a plagar la ciudad, sobre todo, el centro, de toda una serie de actividades participativas especialmente ideadas para el disfrute de los más pequeños y para contribuir a varias causas sociales de primer interés.

Por ejemplo, desde bien temprano para el reloj interno que mueve a las cuadrillas (11.30 horas), los blusas y neskas de Zintzarri desembarcaron con todo su equipamiento y parafernalia móvil en la plaza del Arca para organizar una carrera de sacos en la que participaron un buen número de txikis y otro buen número de blusas con el ánimo intacto pese a la tralla festiva que acumulan en el cuerpo y en las piernas.

Aprovecharon la ubicación, que ocuparon hasta las 14.00 horas, para celebrar un pintxo pote solidario en beneficio de Enach, la Asociación de enfermedades neurodegenerativas. El ambiente fue fenomenal y también contribuyó a ello la celebración de un taller de chapas para los txikis, que no se pierden una durante estos días de celebraciones.

No muy lejos de allí, los mozos y mozas de Gasteizko Margolariak se ubicaron en la plaza de la Virgen Blanca desde las 11.30 horas con aires de grandes estrellas de la alta cocina. Equiparon su Margotxef con todo lo necesario para que chefs de entre 6 y 12 años disfrutasen creando todo tipo de delicias culinarias en un concurso ya tradicional en el programa festivo de La Blanca. Los txikis participaron y alguno llegó a rozar la excelencia con platos que para sí quisiera Chicote.