Vitoria - La liquidación definitiva de las cuentas municipales del año 2018 ha dejado sobre la mesa la consecución por parte del Ayuntamiento de Gasteiz del objetivo de la estabilidad presupuestaria. Así lo certifica un informe del interventor municipal al que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. También constata la figura encargada de fiscalizar la gestión económica interna municipal que el Ayuntamiento gasteiztarra ha cumplido otras variables como la regla de gasto, el límite de deuda y el periodo medio de pago a proveedores. “Aspectos todos ellos exigidos por la legislación en materia de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera”, concluye el informe de 23 páginas firmado por el interventor el pasado 26 de junio.

La estabilidad presupuestaria se define como la situación de equilibrio o superávit que se alcanza cuando las administraciones públicas no incurran en déficit estructural; entendiéndose por este como el de carácter permanente que se produce independientemente de la influencia del ciclo económico sobre los ingresos y gastos. En definitiva, este principio significa que la ejecución del gasto ha de ser coherente con las disponibilidades reales de cada administración pública, que ésta ha de ser responsable con esta disponibilidad a la hora de adoptar sus decisiones en materia de ingresos y gastos. La fotografía final del balance presupuestario del pasado año desvela la existencia de un 6% más de ingresos no financieros que de gastos financieros. Este porcentaje es el resultante de confrontar los 382,49 millones de euros en concepto de la suma de todos los ingresos sin préstamos, con los 354,17 millones de gastos, sin incluir los pagos de préstamos, que se afrontaron a lo largo del pasado ejercicio. Tras los ajustes pertinentes el saldo positivo se cifra en los 23,66 millones de euros que suponen esa cantidad resultante del 6% más de ingresos no financieros. Esta cantidad contempla la totalidad de la estructura del Ayuntamiento de Vitoria junto con los organismos autónomos y sociedades públicas.

menor deuda viva A la vista de estos positivos registros, el máximo responsable de la Hacienda municipal, Iñaki Gurtubai, aludió a la “responsabilidad, transparencia y rigor” como la seña de identidad en la actuación en cuestiones económicas del ejecutivo de Gorka Urtaran desde su acceso a la alcaldía en el año 2015. En esta línea de lo apuntado por el responsable de Hacienda, los datos del interventor aluden también a la actual situación de la deuda viva. En los cuatro años del primer mandato de Gorka Urtaran se ha reducido esa deuda viva en un 14,17% como resultado de la política aplicada desde su llegada a la alcaldía en 2015. Así, se ha pasado de los 100,67 millones de euros que existían hace cuatro años, a los 86,40 computados al cierre definitivo del pasado ejercicio. Si se tiene en cuenta la deuda de los organismo autónomos y sociedades públicas, el descenso global de la deuda en la pasada legislatura fue de un 8,77%. Se rebajó el agujero desde los 123,29 millones del inicio de mandato a los 112,47 con los que se cerró 2018. Por ley se establece que la deuda viva no puede superar el 60% de los ingresos no financieros, ni superar el 110% en relación a los ingresos corrientes. La situación de Gasteiz deja la deuda viva en el 30,59% en relación a los ingresos no financieros y el 32,39% en relación a los ingresos corrientes. “No gastar lo que no se tiene y no dejar de lado las verdaderas necesidades de Gasteiz, son los principios que nos han llevado a la buena situación actual”, esgrime como receta el edil de Hacienda.

Apostilla en sus líneas finales del informe el interventor, no obstante, que este cumplimiento del objetivo de estabilidad es un “requisito legal y un principio constitucional de obligado cumplimiento”, si bien, su valor absoluto no puede tomarse como el “único indicador de las situación económico-financiera del Ayuntamiento”, concreta el especialista financiero municipal. Esa perseguida estabilidad viene “igualmente marcada por las magnitudes del resultado presupuestario, del remanente de tesorería y del ahorro neto”, finaliza su informe el interventor con una recomendación ya habitual.

vuelta a la senda positiva La segunda de las magnitudes a las que se dio cumplimiento el pasado ejercicio fue la de la regla de gasto. Las diferentes variables a la hora de determinar los gastos municipales fijaron ese tope en los 306,02 millones de euros. Finalmente el gasto computable alcanzó los 304,91 millones y la regla de gasto se cumplió con una diferencia de 1,10 millones de euros. Es significativo haber dado cumplimiento a esta cuestión ya que era uno de los parámetros que se venía incumpliendo a lo largo de los tres últimos ejercicios. Concretamente desde 2015 no se lograba una regla de gasto favorable.