Vitoria - A la espera de que el nuevo gobierno foral esté oficialmente definido por departamentos y eche a andar, en la mesa de trabajo del recién reelegido diputado general de Álava, Ramiro González, se acumulan ya las tareas y los retos de cara a los próximos cuatro años. Proyectos “ambiciosos” de los que González dio cuenta ayer durante su discurso de investidura, entre los que también abundan los flecos sin finiquitar de la recién concluida legislatura, que en sus palabras van a servir para abrir “un nuevo tiempo” y construir un territorio “referente y de vanguardia”. La “innovación” será, según anunció el máximo responsable foral, un “eje transversal” para las políticas de su flamante ejecutivo.

El gobierno provincial contará ahora con el viento favorable de su mayoría absoluta en las Juntas Generales y también de un contexto económico y social muy diferente al que existía en Álava en el año 2015, marcado por los elevados índices de desempleo. Con todo, González insistió en que el “crecimiento económico” y la creación de empleo de calidad seguirán en lo alto de su lista de prioridades durante esta legislatura y anunció, en este ámbito, su compromiso de crear un centro de fabricación avanzada en tecnologías de la industria 4.0 que servirá para “dar soporte a las necesidades” de las empresas y a “potenciar su competitividad”.

En materia medioambiental, uno de los principales planes del nuevo ejecutivo será la elaboración de un plan contra el cambio climático hasta 2030, en una “apuesta decidida” por las energías renovables. Una novedad a la que se sumarán viejos anhelos como el inicio del desmantelamiento de la central de Garoña, que en principio arrancará en 2021.

La “cohesión social” del territorio a través de unos servicios sociales “de calidad”, y con la vista puesta en el envejecimiento, es otro de los grandes objetivos de partida del diputado general, que anunció la creación de un centro de innovación para la dependencia, el desarrollo del programa ZainduzAraba para apoyar a las personas cuidadoras no profesionales o el incremento de las plazas residenciales para personas mayores, con discapacidad física o intelectual. González “primará” la concertación y la reestructuración de los centros básicos de atención para menores en situación de desprotección, con la vista puesta en el cumplimiento de los plazos que marca el proceso de trasvase de competencias sociales. El diputado general también anunció la elaboración de un plan contra la exclusión social y el refuerzo de las estructuras de apoyo a las mujeres víctimas de la violencia machista.

territorio “vivo” El impulso a un territorio “vivo”, con igualdad de servicios para todos sus vecinos y el fomento de unos pueblos “activos y dinámicos”, seguirá siendo durante los próximos cuatro años uno de los mayores retos para González y todo el territorio. A la expansión de las redes de Internet de alta de velocidad por todos los pueblos de Álava se sumarán iniciativas de nuevo cuño como un plan para rehabilitar viviendas y edificios en núcleos rurales inferiores a los 1.000 habitantes o un novedoso programa para el impulso de las viviendas inteligentes para personas mayores.

Sin salir del entorno rural, esta próxima legislatura verá también la reforma definitiva de la A-625, la conocida como variante de Saratxo -uno de los mayores puntos negros del territorio-, y de la N-240. Encontrar de una vez por todas un uso para el antiguo colegio de Izarra, que desde hace 21 años languidece, surge también como una de esas deudas pendientes para el ente foral.

En materia cultural y deportiva, se refirió ayer Ramiro González al proyecto de nuevo auditorio para Gasteiz, al que los alaveses “no pueden esperar más”, o a la reforma del Teatro Principal “para adecuarlo a las necesidades del siglo XXI”. El diputado general también volvió a apostar por la reforma del estadio de Mendizorroza. “Es tiempo de hacer realidad los sueños. Pongámonos a trabajar desde el primer momento para conseguirlo”, se comprometió el máximo responsable foral.