Vitoria - Disfrutar de una óptima salud visual y auditiva resulta fundamental para el correcto desarrollo de cualquier niño, pero los medios necesarios para detectar un problema de vista y de oído y para resolverlo después no siempre se encuentran al alcance de todos. Es la realidad que comparten las decenas de menores residentes en la zona de influencia de Chernóbil que durante el verano son acogidos por familias alavesas, niñas y niños procedentes de Ucrania, Rusia y Bielorrusia que no han gozado de las mismas oportunidades que los autóctonos.

Por suerte, la iniciativa de los colectivos que gestionan su estancia en Álava y la ayuda desinteresada de varias empresas dedicadas a estos ámbitos de la salud hacen posible que los pequeños puedan volver todos los años a sus hogares con las pilas cargadas y bien examinados por distintos especialistas. “Se trata de ayudar a los niños a que tengan un desarrollo más completo a nivel escolar, deportivo y en su vida cotidiana. Si un menor tiene, por ejemplo, ocho dioptrías y no utiliza gafas, no se va a integrar al 100% en su medio, porque no está en plenas facultades”, ejemplifica Saray Martínez, gerente de clínica Baviera en Vitoria.

Una quincena de estos niños, de entre ocho y 15 años de edad, pasaron ayer por las instalaciones que esta firma dedicada a la salud visual gestiona en la calle Manuel Iradier, donde también montaron una pequeña consulta temporal la fundación Gaes Solidaria, dedicada a la preservación de la salud auditiva, y Medical Óptica Audición, provista con un buen número de gafas y monturas a estrenar. En este caso, los menores han podido venir aquí para disfrutar de una estancia de entre uno y dos meses gracias a las asociaciones Bikarte y Sagrada Familia, que pone su foco en pequeños procedentes de orfanatos y de familias desfavorecidas que residen en el entorno de la antigua central nuclear accidentada.

“Los niños pueden venir con un problema previo desconocido, y muchas veces lo que hacemos aquí es detectárselo. Vienen incluso con bastantes dioptrías pero no utilizan gafas, así que lo que hacemos es ponérselas aquí y, como suelen repetir estancia, después se les hace un seguimiento”, expone la responsable de Baviera, que en el caso de Gasteiz suma ya ocho años consecutivos colaborando en esta iniciativa solidaria. De entre los problemas más habituales que sus especialistas suelen detectar entre los pequeños destacan las miopías, pero también los ojos vagos que no han sido tratados, que si son detectados y abordados a edades tempranas pueden tener una muy buena evolución.

Lo sabe bien Gonzalo García, optometrista de Clínica Baviera, encargado ayer de realizar las revisiones visuales de los pequeños. “De todo lo que he visto hasta ahora no ha habido oscilación alguna. Está todo bien y eso es bueno. La última cría a la que he visto tenía un ojo vago y el hecho de que lleve las gafas es algo muy bueno y que no haya variado su situación, excelente”, apuntaba. García, consciente de que los recursos donde habitualmente residen estos pequeños son “bastante limitados”, considera vital que se lleven a cabo este tipo de iniciativas. Como anécdota, este optometrista ha viajado recientemente de la mano de Stop Ceguera, una fundación ligada a Clínica Baviera, a Guinea Conakri, donde en compañía de un amplio equipo médico ayudó a recuperar la visión a más de 150 pacientes ciegos por cataratas.

triple examen Erika y Sonia Pérez, de Gaes, se encargaron ayer por su parte de controlar la salud auditiva de los pequeños, que completaron un triple examen. “Primero hacemos una otoscopia para descartar que el niño tenga un tapón de cera y, posteriormente, hacemos también una timpanometría para descartar algún problema de oído medio”, explicaba la primera. Posteriormente, las especialistas procedieron a realizar también las correspondientes audiometrías, esa prueba de los pitidos que cualquier trabajador que haya pasado un examen médico ha tenido que superar. “Todos los nenes que llevamos hasta ahora están muy bien”, corroboraba su compañera, satisfecha con el resultado de las pruebas. En caso de necesidad, Gaes proporcionaría un audífono al menor afectado.

La normalidad también fue la tónica dominante en la pequeña consulta de Maite Cirilo, de Medical Óptica Audición, quien confirmaba que al menos a media mañana no se habían encontrado nuevos problemas visuales entre los pequeños. “Ofrecemos las gafas gratuitas porque en sus países lo tienen más complicado y por ayudarles. Sobre todo tienen miopías. De momento, hoy, o no ha habido cambios o están perfectamente, pero un defecto visual les puede poner muchas trabas en su desarrollo”, apuntaba la especialista.

Patxi Vázquez fue uno de los padres de acogida que ayer se acercaron a la clínica, acompañado por Margarita y Tatiana, de diez y ocho año, naturales de Bielorrusia. Ambas repiten esta “maravillosa” y enriquecedora experiencia, por descontado también para las familias. “Se la recomiendo a todo le mundo porque es una cosa increíble”, apuntaba Vázquez, que también puso en valor la colaboración de estas empresas a la hora de hacer las revisiones.

La iniciativa. Una quincena de menores del entorno de Chernóbil acogidos por familias alavesas pasaron ayer por las instalaciones de Clínica Baviera, donde también montaron una pequeña consulta temporal la fundación Gaes Solidaria y Medical Óptica Audición, para ser sometidos a sendos exámenes de vista y de oído.

Problemas. De entre los problemas más habituales que los especialistas suelen detectar entre los pequeños destacan las miopías, pero también los ojos vagos que no han sido tratados, que si son detectados y abordados a edades tempranas pueden tener una muy buena evolución.

La gerente de Clínica Baviera subraya la importancia que esta iniciativa tiene para los menores.