vitoria - Más de siete millones de personas acuden anualmente a las notarías dispersas por todo el Estado para formalizar gestiones tan comunes como un testamento o una compraventa, para sellar una disolución matrimonial o para otorgar poderes, según el Consejo General del Notariado. Sin embargo, esta institución que agrupa a los alrededor de 2.800 profesionales del gremio cree que su labor sigue siendo desconocida por diferentes motivos, especialmente entre los más jóvenes, y que se encuentra también rodeada de falsos tópicos. Esta realidad y la curiosidad mostrada hace un tiempo por un estudiante de Valladolid, deseoso de conocer en persona cómo se trabaja y qué se hace en una notaría, fue el germen del proyecto Notari@ por un día, que tras recalar en distintas capitales del Estado desde el año 2016 justo ayer hizo escala en Gasteiz.

El profesional Ángel Fernández-Reyes abrió las puertas de su hogar laboral a Uxue Delgado, alumna de primero de Bachillerato del IES Los Herrán, para mostrar parte de su rutina diaria y de los avatares que acompañan a la profesión y resolver todas las dudas que le pudieran surgir. La joven, a la que desde pequeña le ha tirado el mundillo del Derecho, no se lo pensó dos veces cuando una de sus profesoras le propuso participar en esta experiencia. “Como me interesaba el tema y todavía no estaba segura de qué quería estudiar, le dije que sí para ver cómo funcionaba y si al final me decidía”, describió la joven en declaraciones a este periódico durante la recta final de una intensa mañana de aprendizaje en la notaría, ubicada en el centro de la ciudad.

La estudiante asistió a la firma de una venta, fue testigo de cómo se hace un préstamo y una póliza de préstamo y aprendió también que, después de esa a priori sencilla firma, los interesados deben cumplimentar distintos trámites como la liquidación de impuestos, las comunicación a las administraciones públicas o, según el caso, la inscripción en el registro de la propiedad. “Hemos tratado de explicar cómo funciona la notaría, que no sólo sirve para firmar documentos, sino que tiene siempre un trabajo previo donde se asegura el cumplimiento de todos los requisitos de legalidad”, expuso por su parte Fernández-Reyes. En una compraventa, por ejemplo, que quien vende está al corriente de todos los gastos de la comunidad o que aporta certificados como el de eficiencia energética o, en la otra parte, que quien compra especifica sus medios de pago, algo clave desde el punto de vista fiscal para evitar el blanqueo de capitales.

“muy interesante” Uxue disfrutó de la experiencia, “muy interesante” en sus palabras, y se sorprendió, por ejemplo, con la rapidez con que se formalizó alguna escritura. “Me ha llamado la atención porque ya saben todo lo que tienen que hacer y entonces lo hacen muy rápido”. La joven reconoció que antes de esta experiencia “no estaba segura” de lo que se iba a encontrar y que, de esta forma, pudo resolver unas cuantas dudas.

Fernández-Reyes, que felicitó a Uxue por ser “muy aplicada”, reconoció que el desconocimiento en torno al notariado no sólo es habitual entre personas jóvenes como ella, sino también entre “la mayoría de la gente”. “La imagen que había es que viene un señor, firma y se va, y no se sabe ni el trabajo previo ni el que lleva detrás la escritura. Si una persona es trabajadora por cuenta ajena viene a la notaría tres, cuatro o cinco veces en su vida como máximo. Viene a comprar su casa, a hacer la herencia de sus padres, a hacer su testamento y, si tiene suerte, porque se ha comprado un piso en la playa. De ahí ese desconocimiento”, apuntó el profesional.

Como sucede en cualquier trabajo, el notariado tiene para Fernández-Reyes aspectos buenos y otros no tan buenos. En el primer grupo sitúa las compraventas, quizá “lo más grato” para el profesional, por el simple hecho de que “cuando uno quiere vender y el otro comprar, los dos se van a ir contentos”. En el segundo se encuentran “situaciones ingratas”, como las disoluciones matrimoniales, “que suelen ser problemáticas”, o el reparto de las herencias, derivadas del fallecimiento de una persona. “Aunque desde el punto de vista jurídico el derecho sucesorio es muy interesante, desde el emocional los que vienen no vienen precisamente contentos”, reconoció el profesional.

Uxue concluyó su participación en esta iniciativa con muchas preguntas respondidas, pero sin haber resuelto todavía sus dudas en torno a su futuro académico a medio plazo. “Todavía no sé qué voy a hacer”, asumió la joven, ante lo que Fernández-Reyes le trasladó sus ánimos porque, en todo caso, el Derecho tiene “muchas salidas”.

El notario mostró ayer algunos de los secretos de una profesión que, como todas, tiene sus cosas buenas y sus trances no tan buenos.

2.800

Notarios hay, aproximadamente, en todo el Estado. Por sus despachos pasan anualmente alrededor de siete millones de personas para formalizar todo tipo de trámites.