Una de las paredes laterales exteriores del trinkete Los Astrónomos, que ahora presentaba un aspecto bastante descuidado debido al paso del tiempo, luce desde ayer un baño de color que la trnasforma radicalmente.

El mural Hormak, ayer inaugurado, servirá para visibilizar el papel tantas veces silenciado de las mujeres en el deporte, gracias al impulso del colectivo gasteiztarra Soka Elkartea y a las manos -y el arte- de la ilustradora local Amaia Arrazola. La intervención homenajea a las pelotaris de Gasteiz, y sus primeras pinceladas empezaron a ser visibleel pasado mes de mayo. Con el trabajo ya finalizado se convierte además en el primer mural que esta artista reconocida a nivel internacional realiza en su ciudad natal.

Hormak, que así se llama esta iniciativa, comenzó a dar sus primeros pasos el pasado 2018, cuando Soka se planteó llevar a cabo una acción con la que poner de relieve la ausencia de personajes femeninos en las calles y tantos otros espacios públicos de la capital alavesa, desde mujeres famosas contemporáneas hasta otras anónimas pero sí protagonistas de intervenciones artísticas. Anteriormente, el colectivo ha dado vida tanto al festival de diseño y creatividad de Gasteiz -Jo! Fest- como al proyecto de señalética sin género -Mixtizaje-. Hormak fue premiado en el concurso Haziak 2018 de ideas jóvenes, que impulsa el área de Juventud del Ayuntamiento, y a partir de ahí llegó la oportunidad de ofrecerle a Arrazola una pared en blanco. “Una deuda pendiente” para Soka, teniendo en cuenta el nivel de la artista, que acaba de exponer en Nueva York una instalación en la que explora su nueva realidad tras su reciente maternidad, y el hecho de que en Gasteiz no existe un mural con su firma.

En tiempo récord, embutida en un chubasquero, con el pinche al lado, Amaia Arrazola, ilustradora y muralista, ha tapado el blanco manto del lateral del trinquete de Los Astrónomos con arte, dedicación y un grito reivindicativo: “un canto a la igualdad desde la visualización de la mujer pelotari”. El pinche ha sido su compañero y aliado, y pareja, Txemy Basualto, “soy el que rellena de color los huecos que la artista me va indicando”. Antes, Amaia, había resuelto en la enorme pared del frontón el boceto que llevaba impreso en su cabeza, un revoltijo de señales, marcas, puntos de referencia y una idea. El mural ha ido naciendo bajo el sirimiri gasteiztarra de principio de semana y fue cogiendo formas y colores para presentarse en sociedad ayer sábado en una soleada y calurosa jornada de junio.