vitoria - A la unidad de cirugía artroscópica (UCA) que lidera Mikel Sánchez “le faltaba algo”, según reconoce el propio doctor gasteiztarra: Poder aplicar también a la población pediátrica todo el conocimiento, las terapias y las tecnologías que tan buenos resultados han dado históricamente en el abordaje de sus pacientes adultos. “Le faltaba algo”, porque este anhelo es por fin una realidad. El recurso ubicado en el hospital Vithas San José acaba de estrenar una unidad específica de traumatología infantil y ortopedia, pionera en Euskadi y toda la zona norte de la península, que va a permitir a los niños del entorno con afecciones complejas de este tipo tener a su alcance un centro de excelencia a nivel estatal, y evitar así trasladarse a Barcelona o Madrid para ser tratados.
Esta medicina “de alto nivel”, que entre otras armas utiliza el plasma rico en plaquetas o la tecnología 3D aplicada a la cirugía, aspira a llegar a partir de ahora “al mayor número posible” de pacientes pediátricos, que los hay “muchos”, según remarcó ayer durante la puesta de largo del recurso el especialista Gorka Knörr. Él es, junto al también doctor Francisco Soldado, una de las dos patas imprescindibles que tendrá esta flamante unidad, que en los últimos meses y gracias al boca-oreja ya ha comenzado a asumir a sus primeros pacientes.
Referentes a nivel internacional, el primero es cirujano ortopédico y traumatólogo infantil y especialista en todo lo que va “de la cadera para abajo”, tal y como expuso gráficamente. También gasteiztarra y formado fundamentalmente en Francia, donde según Sánchez “se enamoró” de la cirugía pediátrica, Knörr ha dirigido en los últimos años las áreas de traumatología infantil de los hospitales barceloneses de Sant Joan de Déu y Vall d’Hebron. Aunque seguirá pasando consulta en la ciudad condal, ahora va a cumplir con uno de sus viejos anhelos personales, importar a la capital alavesa todos los conocimientos que ha ido adquiriendo a lo largo de su carrera.
Knörr ha tratado a pacientes con gravísimas malformaciones congénitas mediante técnicas que “están cambiando el paradigma”, como la resección, el uso de hexápodos o a través de cirugías mínimamente invasivas, tanto en Barcelona como en más de una veintena de misiones de cooperación en países como Burkina Faso, Vietnam o Bolivia. Aunque la edad pediátrica llega hasta los 15 años, tanto Knörr como Soldado están habituados a ver en sus consultas a pacientes de hasta 18. “El objetivo es dar una capacidad funcional a los pacientes y evitar problemas a largo plazo, en la edad adulta”, resumió Knörr. No hay que olvidar que, según recordó el doctor, “hay muchos problemas adultos que tienen su origen en la infancia”.
De la parte superior del cuerpo se encargará en la UCA Soldado, uno de los mejores especialistas tanto en cirugía de extremidad superior pediátrica como en microcirugía y en cuya agenda médica abundan los casos de parálisis cerebral, de malformaciones o de todo tipo de fracturas complejas, sólo por citar tres. “Son campos típicos de nihilismo, de esos que se dice no hay nada que hacer”, subrayó el especialista. Su perseverancia, sin embargo, ha fraguado una carrera marcada por los éxitos, igualmente extensibles a Knörr... y por avances a priori más propios de la ciencia ficción.
¿O no lo es que un hueso se convierta en otro, como un peroné en un fémur? “Parece mágico, pero es biológico”, bromeó Soldado, aludiendo al caso de un niño de Sierra Leona con una grave malformación en una pierna que fue tratado en Vitoria en distintas etapas.
un caso habitual El abordaje de múltiples casos de parálisis braquial obstétrica, uno de los habituales que se derivan desde Euskadi a la consulta de Soldado en Barcelona, es una de sus principales especialidades. Con sus terapias, Soldado ha conseguido revitalizar brazos condenados a la parálisis de por vida y ha llevado a cabo innovadoras operaciones de reconstrucción de extremidades a través de la microcirugía vascular, que también lleva a cabo en adultos.
El hecho de que no exista una formación reglada específica en traumatología infantil en el Estado, como sí la hay, por ejemplo, en Francia, ha hecho que esta especialidad haya estado clásicamente vinculada aquí a la traumatología general, y que no exista un grupo demasiado amplio de profesionales especializados en la etapa pediátrica. Un hecho que pone más en valor a la unidad gasteiztarra, que a menudo se relaciona con la recuperación de lesiones en deportistas de elite pero que también puede tratar a cualquier paciente con problemas de dolor, debilidad, inestabilidad, rigidez o inflamación en articulaciones -rodilla, hombro, cadera, codo o tobillo-, manos o pies. La UCA también personaliza tratamientos para pacientes con patologías ligamentosas, tendinopatías, artrosis, fracturas, deformaciones o malformaciones en extremidades, esas mismas patologías que a partir de ahora va a comenzar a resolver entre los más pequeños.
El director médico y científico de la unidad de cirugía artroscópica (UCA) puso ayer en valor la importancia de incorporar la nueva unidad de ortopedia infantil.
El cirujano ortopédico y traumatólogo infantil gasteiztarra, que se incorpora a este flamante equipo, advierte de la alta prevalencia de este tipo de lesiones.
Especialista en cirugía de extremidad superior pediátrica y microcirugía, ha tratado casos más propios de la ciencia ficción.
15
Aunque es la edad en la que a nivel sanitario finaliza la atención pediátrica, Knörr y Soldado suelen ver pacientes de hasta 18 años.