Vitoria - Parecían recién salidos del mejor de los cuentos, cuando ataviados con sus gorros, casacas y mallas, trompeteros y atabaleros hicieron sonar sus instrumentos para anunciar desde el balcón consistorial, primero, y desde el palacio foral, una hora después, a las 21.00 horas, que llegaba San Prudencio, patrón de todos los alaveses. Y así, a bombo y platillo, o mejor dicho, de trompeta y barril, dieron lo mejor de sí en la interpretación de la tradicional retreta para regocijo de los asistentes porque haberlos, los hubo. Y muchos, tanto que no cabía ni un alma más ni en la Plaza Nueva ni en la de la Provincia, eso sí, con un público más bien entrado en años, y eso, pese a que todo hacía presagiar un éxodo masivo de los habitantes del territorio, tras haber batido récords para votar por correo.
Pero nadie allí falló. Ni la muchedumbre que les aclamaba al escuchar su famoso tún tún cada cuarto hora, con atención especial a todos los que se sabían al pie la letra que compuso Venancio de Val, ni con el espectáculo del grupo de danzas Aiara dantza taldea, que amenizó la espera entre cada toque de retreta, pese a estar a 10 grados y en manga corta, junto a la agrupación de metales y percusión Lattor, y los txistularis de Danbolineruak.
Ni mucho menos fallaron las autoridades de turno, pese a que sus apariciones están más que contadas en jornadas de reflexión, como la de ayer. Pero ésta de dar la bienvenida al día grande de Álava sólo ocurre una vez al año, así que allí estaban todos en la escalinata de la Diputación Foral de Álava: desde el lehendakari, Iñigo Urkullu, con la presencia del regidor de Álava, Ramiro González, la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, el consejero de Cultura, Bingen Zupiria, el presidente de las Juntas Generales de Álava, Pedro Elosegi, el delegado del gobierno en Euskadi, Jesús Loza, entre otros muchos.
Ese llenazo también se había vivido una hora antes en la balconada y salón de recepciones de la Casa Consistorial, a la que asistieron el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, respaldado por la corporación municipal.
Siguiendo con el ambiente festivo, a las once y media de la noche y desde la plaza de la Provincia, tamborreros, cantineras, cocineros y barriles, entre otros personajes, dieron comienzo a la marcha de la tamborrada vestidos con sus mejores trajes de fiesta y dirigidos por Txapi, el tambor mayor que ha decidido retirarse este año por todo lo alto..
Ya fueran de rojo, azul, verde o blanco volvieron a recordar a los protagonistas de la primera tamborrada de Gasteiz, del año 1975. Desde entonces, es uno de los actos más coloridos de las fiestas, en el que participan casi una treintena de sociedades gastronómicas, en su recorrido por varias calles del centro.
En la plaza del Arca, también como ya es tradición, a las 00.30 horas, hubo otra buena marcha, con la verbena, a cargo de los incombustibles Joselu Anaiak. Pero hoy será el día estrella, en el que, si el astro rey vuelve a dar su bendición, los alaveses volverán a ser felices y comerán perretxikos y caracoles.
La retreta. A las 20.00 horas comenzó la retreta de San Prudencio desde la balconada de la Casa Consistorial. A las 21.00 horas la retreta se trasladó a la plaza de la Provincia, con su interpretación desde la balconada del palacio foral por parte de trompeteros y atabaleros.