amurrio - El ritmo vertiginoso de la sociedad actual hace que muchas veces se nos olviden las cosas sencillas y de calidad. Un ejemplo está en los métodos de elaboración del pan que se utilizaban antaño y que, hoy día, sólo domina el personal de las panaderías. Existe pan de muchas medidas, de infinidad de nombres y hasta de distintos niveles de cocción, pero ¿tienen la misma calidad que las hogazas de antaño?

Los miembros de la asociación Artea, gestora del museo etnográfico de Ar-tziniega, tienen claro que no. Es por ello que el horno de leña que alberga este famoso centro expositivo cobrará vida el sábado a partir de las 12.00 horas para ofrecer una degustación de este elemento básico a quien así lo desee. En concreto, el acto tendrá lugar en la cocina del baserri que alberga el recinto donde, primero el público infantil y luego el adulto, recibirá toda una clase maestra de panadería “desde el reposo de la masa hasta el amasado y horneado del pan”, subrayan desde Artea que, para dar tiempo a que fermente la masa, guiarán a los niños y niñas hasta las salas del museo dedicadas a la agricultura, donde se encuentran la era y el molino.

Esta actividad será gratuita para el colectivo infantil, pero los adultos que quieran tomar parte en el taller y visita posteriormente todo el museo deben reservar plaza llamando al número de teléfono 945 396 210 y abonando una entrada de 4 euros. En el citado taller, esta edición, como novedad, “mezclaremos el pan con frutos secos y cereales, entre otros, que se hornearán con la masa que haya realizado cada cual y que luego se podrán llevar a casa, al igual que otros años se ha hecho con los txoripanes y las txintxortas”, adelantan.

De la capacidad que tiene este museo con tres décadas a sus espaldas para hacer demostraciones de este tipo dan fe los utensilios que atesora en torno a la elaboración del pan, desde la siega y recogida del trigo en gavillas, pasando por la trilla y la molienda, para finalizar con el amasado de la harina y la cocción del pan en horno de leña. Son herramientas de labranza como rozaderas, azadas, layas, garguillos, brabantes, trapas y gradas. Todas ellas “empleadas para preparar el campo”. También hay hoces, desorilladores, gavillas y trillos, usados en la posterior siembra y recolección del trigo, así como un molino fluvial a escala, con sus correspondientes piedras para convertir el cereal en harina. “Se trata de una joya que incorporamos al patrimonio del museo en 2012 gracias a la donación de un vecino de Armentia”, apunta el miembro de Artea, Mateo Lafragua.

El conjunto lo completa el citado horno para cocer el pan que, previamente, se amasará in situ. Además, las personas que se inscriban a la visita del sábado podrán conocer los 2.000 metros expositivos repartidos en las 17 salas de este centro de exposiciones, que cada año registra una entrada de 13.000 visitantes.

salas. De exposiciones hay repartidas en este espacio expositivo que cada año registra una entrada de 13.000 visitantes.