Vitoria - A lo largo de la presente legislatura, la Diputación Foral de Álava ha recortado en 51,8 millones su deuda consolidada, invirtiendo la tendencia del cuatrienio precedente, en el que se incrementó en 70, 4 millones. Este modelo de gestión financiera, basado en la contención del gasto y en la amortización creciente, se ha mantenido estable desde 2016, ejercicio en el que la deuda foral total ascendía a 641,6 millones, hasta el cierre del balance de 2019, cuando el déficit conjunto ha quedado fijado en 589,8 millones de euros. El mayor esfuerzo se ha centrado en las sociedades forales, cuya deuda ha pasado de 126,2 millones en 2016 a 92,8 en 2019. Una situación que permite a la institución foral ganar músculo financiero y situarse en una óptima posición de cara al futuro. “Lo que hemos hecho es sanear las cuentas, impidiendo que creciera la deuda y dando pasos para que se redujera”, manifiesta el diputado de Hacienda, Finanzas y Presupuestos, José Luis Cimiano.
“Durante los años anteriores se apelaba a deuda para mantener unas inversiones y unos gastos por encima de la recaudación normal, que llegaba por la vía de los impuestos tradicionales. Nosotros nos marcamos un objetivo muy claro: ser capaces de gastar lo que recaudábamos. No se podía seguir financiando con deuda los gastos ni las inversiones”, detalla el titular de Hacienda.
Al margen de ese primer objetivo de contención, el ejecutivo foral se marcó una segunda meta, consistente en tratar de recortar la deuda. De esa manera, la Diputación lograría rebajar la carga financiera. “La deuda no sólo consiste en tener que amortizarla, sino que, año a año, hay que pagar una carga financiera: los intereses”, indica Cimiano. El peso de dichos intereses habría lastrado la inversión en otros capítulos, como en políticas sociales, carreteras, agricultura o medio ambiente, entre otros.
La contención en el gasto, unida a la reducción de la deuda, sitúa a la Diputación alavesa en una posición de privilegio ante una hipotética ralentización de la economía o cualquier otro tipo de incertidumbre financiera. “En el caso de tener que apelar de nuevo desde la Administración a un endeudamiento para financiar las inversiones, estamos en una mejor posición. Las ventajas son muchas. Tenemos una economía saneada, invertimos lo que somos capaces de financiar, no trasladamos a generaciones futuras el endeudamiento presente y conseguimos tener más recursos disponibles”, repasa el diputado.
contención En el caso de Indesa, su deuda máxima se alcanzó en 2013, durante uno de los ejercicios más afectados por la crisis. Era de 3,6 millones de euros. En 2016, cuando arrancó la legislatura que ahora finaliza, se situaba en 2,3 millones. En la actualidad se ha reducido a cero. En el caso de Vías de Álava, la deuda tocó techo en 2011 con 111 millones. En 2016 ya se había recortado a 100,6 y actualmente se sitúa en 89,4 millones. Álava Agencia de desarrollo también ha experimentado una evolución notable en este sentido. En 2012, su deuda se elevaba a 29 millones, cantidad que cuatro años después disminuyó hasta los 23,3 millones. En el año en curso, se mantienen 3,4 millones de endeudamiento en previsión de que alguna de las empresas apoyadas por la Diputación requieran de financiación.
El actual equipo de gobierno decidió actuar sobre las sociedades para atajar la deuda que generaba mayor carga financiera. “En otras ocasiones, en función de cómo estaban hechos los contratos, no es posible realizar amortizaciones anticipadas. Nosotros hemos buscado los tipos más altos en los que se pueden realizar y hemos priorizado. Hemos actuado en las sociedades, para poder dejarlas limpias y concentrar la deuda en la administración general”, explica el responsable foral.
La posición aventajada que resulta de esta política no sólo permitiría afrontar una contingencia financiera, sino que podría usarse para financiar algún proyecto de envergadura en el caso de que se planteara. “Estaríamos preparados para ello. Tenemos un colchón suficiente para asumir una deuda razonable de acuerdo a nuestro peso”, concluye Cimiano.
Tendencia invertida. La tendencia del endeudamiento consolidado foral fue ascendente entre los ejercicios 2011 y 2015. Desde 2016 hasta la actualidad, la evolución se invierte y es descendente.
Amortización. El actual ejecutivo foral ha contenido el gasto y amortizado la deuda de sus sociedades, lo cual ha rebajado la deuda global en 51,8 millones durante la presente legislatura.
El diputado alavés de Hacienda. Finanzas y Presupuestos explica que la política aplicada en su Departamento permite a la Diputación ocupar una posición de ventaja, por lo que podría hacer frente a una hipotética ralentización de la economía.