vitoria - Ignacio Díez, pediatra en la OSI Araba y profesor del departamento de Pediatría de la UPV/EHU, insiste en la importancia de la prevención y de los buenos hábitos, en cuyo aprendizaje las familias tienen un papel clave, para que los niños conserven una buena salud bucodental durante su crecimiento. “Todavía tenemos terreno por avanzar”, advierte el especialista, que impartirá la charla junto al dentista Jorge Cabero. La cita tendrá lugar en la sala Fundación Vital (18.30 horas) del centro comercial Dendaraba.

Uno de los objetivos de la charla de mañana es trasladar un discurso unificado en torno a la salud bucodental infantil. ¿Pero los mensajes contradictorios son habituales?

-Más que mensajes contradictorios, lo que no ha habido es una acción coordinada como ésta para decir ambas partes a las familias, con el mismo lenguaje y de forma clara, qué es lo que tienen que hacer de cara a la salud bucodental de sus hijos. No ha habido mensajes contradictorios, sino que más bien cada uno ha tirado por su lado.

Por lo general, ¿nuestra población infantil goza de una salud bucodental óptima?

-No lo digo yo, lo dicen las estadísticas del Departamento vasco de Salud. Si se valora el porcentaje de piezas dentales sanas respecto al total de la dentadura, somos una de las comunidades que tiene una menor tasa de caries. Y esto hay que agradecérselo en gran parte al excelente programa que tenemos -Padi-, que permite que todas las familias, independientemente de su situación económica, puedan acceder a una revisión odontológica a lo largo de la infancia de sus hijos.

¿Cuál es el consejo más básico que habría que trasladar a cualquier padre o madre?

-Que ante la duda, no se queden con ella sino que consulten, porque tienen una serie de profesionales, tanto en el ámbito de la atención primaria como odontopediatras, para hacerlo. Y que dejen de lado la gran cantidad de bulos que existen en el ambiente. Son las fake news de la salud bucodental. De todos esos mitos y leyendas también hablaremos en la charla.

¿Podría adelantar algún ejemplo?

-Por ejemplo, que los dientes producen fiebre. Eso es un mito, no está científicamente demostrado que una erupción dentaria por sí misma pueda provocar fiebre. Puede provocar cierto grado de irritabilidad del muchacho, una afectación de las encías, febrícula... Pero cuando hay un pico febril, eso quiere decir que existe algún otro tipo de complicación. Otro mito es que el uso de algunos de los antiinflamatorios o analgésicos para niños que todos conocemos, aplicándolos un poquito con los dedos directamente en los dientes, tienen una acción analgésica. Esto no tiene ni pies ni cabeza. También existen leyendas, que tienen parte de realidad, como que ante una avulsión dentaria -un traumatismo dental-, conservar el diente en leche o en suero tiene cierta razón de ser. Se ha demostrado científicamente que esto puede ayudar a mantener vivo el diente, que no hay que olvidar que es parte del ser vivo, pero daremos otra serie de consejos sobre cómo actuar ante una lesión de este tipo.

En el campo de la salud bucodental, los buenos hábitos y la prevención tienen que ser otras de las claves.

-Sí, son muy importantes, y hay que decir que todavía tenemos terreno por avanzar. En la charla vamos a hablar también sobre qué cosas hacer en cada etapa de la vida, como que hay que empezar a trabajar con los niños incluso antes de que empiece la primera erupción dentaria. La mala costumbre de poner líquidos azucarados en el chupete favorece enormemente el desarrollo de caries. Tampoco es bueno el uso de biberones más allá de lo aconsejable. Y, por supuesto, tiene que haber una buena higiene dental, más cuando un niño come un dulce, por ejemplo. Una vez que el niño tiene ya la erupción dentaria completa, en torno a los tres o cuatro años, debería tener la primera visita con el especialista en odontopediatría. Es un consejo claro y una recomendación basada en la evidencia.

Como pediatra, ¿qué es lo que más le quita el sueño en este ámbito?

-Que no hay que olvidar que los dientes suelen ser la expresión incluso de otras enfermedades sistémicas. Hay veces que, sencillamente, viendo cómo hace la mordida un niño, como pediatra te puedes hacer idea de que tiene un problema de hipertrofia adenoidea, que ronca por la noche, y eso va a tener diferentes consecuencias. Un paladar hendido con unos incisivos salidos hacia fuera te va a llevar a hacer una exploración más detenida de todo el cráneo del muchacho para detectar diferentes malformaciones asociadas... Un pediatra especializado se fija más en esa parte de arriba del vértice de la pirámide, pero al de primaria lo que le tiene que quitar el sueño es que el cualquier niño alcance su madurez con la mayor higiene dentaria posible. Porque no hay que olvidar que cualquier problema que arrastre desde su infancia va a tener consecuencias importantes a lo largo de toda su vida.

Los adultos también tendrán que predicar con el ejemplo, ¿no? porque como sucede con todo, si un niño no ve de cerca unos buenos hábitos, no los va a reproducir.

-Claro. El niño es un ser que aprende por repetición, en todos los ámbitos. Puede ser en la higiene corporal, en el hábito de la lectura o a la hora de cruzar la calle cuando el semáforo está en verde. Con esto sucede lo mismo. Si un niño observa que sus padres no llevan una correcta higiene dental o éstos no establecen unas normas mínimas, será más sencillo que no tenga esos buenos hábitos. Últimamente estamos viendo que hay un conjunto de población infantil, sobre todo aquellos niños que proceden de familias inmigrantes o de un nivel socioeconómico más bajo, que podemos decir que son los que peores bocas tienen. Así que tenemos que hacer un especial hincapié en este sector de la población, que va a ser más susceptible de sufrir problemas odontológicos. Muchas veces esos niños vienen ya con unos problemas que ya son importantes.

¿Por ejemplo?

-Hay que tener en cuenta que un problema odontológico puede ser el comienzo de una infección severa en todo el macizo facial. Por eso, establecer unas normas adecuadas que eviten la alteración de las erupciones dentarias y otros problemas odontológicos es clave.

Por lo general, ¿hablamos de problemas fácilmente prevenibles?

-Por fortuna, con una buena prevención desde los primeros meses de vida, sí. Luego hay una serie de alteraciones congénitas o malformaciones del paladar que muchas veces requieren de actividad quirúrgica, pero la mayor parte de los procesos, con unas buenas medidas higiénicas y unos hábitos alimentarios correctos, el uso de flúor y pastas dentífricas y el lavado frecuente, son prácticamente prevenibles.