Vitoria. El consejero y el diputado general de Álava, Ramiro González, han visitado hoy el yacimiento donde un equipo de arqueólogos ha llevado a cabo durante los últimos meses trabajos de consolidación y puesta en valor del "oppidum", la zona céntrica y amurallada del yacimiento.

Ambos han destacado la relevancia de esta actuación por ser una de las zonas más visibles del enclave y que forma parte del Plan Director 2010-2020 diseñado por Diputación, al que el Gobierno Vasco destinará 100.000 euros.

"Iruña-Veleia es uno de los tesoros del rico patrimonio histórico alavés y por ello es realmente importante hacer un esfuerzo por conocer más sobre él, por su consolidación y puesta en valor", ha señalado el diputado general alavés.

El consejero de Cultura ha mencionado por su parte que con la consolidación de la muralla sur "se da un paso adelante en la protección y conservación de este yacimiento, al tiempo que se ofrece a los visitantes la posibilidad de apreciar mejor cómo se vivía en este enclave en la época romana".

Este conjunto monumental es una de las zonas arqueológicas más extensas de Álava puesto que el yacimiento, que supera con mucho los límites del "oppidum" actualmente protegido, podría alcanzar unas 126 hectáreas. Se ubica en un amplio espacio triangular en el meandro que genera el río Zadorra entre las localidades de Trespuentes y Villodas, en Iruña de Oca.

En el centro de ese triángulo se encuentra el recinto amurallado, el conocido como "Oppidum de Iruña", pero el yacimiento donde se ubicaba la ciudad romana altoimperial se extiende también hacia el noroeste y hacia el sur.

Debido a la fragilidad del monumento, muchos trabajos de recuperación se han hecho manualmente y con maquinaria específica, sin usar vehículos de gran tonelaje, como establecieron los arqueólogos que han dirigido la excavación y el equipo redactor del proyecto, liderado por Óscar Reinares.

Entre los trabajos se demolió la capa asfáltica existente enfrente de la muralla, se hizo un desbroce de la zona, se retiraron rellenos, se repusieron otros y se empleó mampostería de lajas y sillería de piedra caliza, con piezas de mortero de cal hidráulica natural. También se hicieron trabajos de conservación de las piedras originales, y finalmente se tiñó la nueva sillería con agua de cal coloreada con pigmentos ocre amarillo y tierras.

Las obras ejecutadas han permitido avanzar en el conocimiento histórico y arqueológico de la muralla, ya que se han encontrado nuevos elementos arquitectónicos y se han descubierto restos materiales que atestiguan los procedimientos constructivos empleados, según han informado en un comunicado el Gobierno Vasco y la Diputación alavesa.