estamos en la recta final de Euskaraldia, una iniciativa que esta ayudando a mucha gente a ver que, aunque con distintos niveles de compresión o expresión, somos muchos los que nos podemos comunicar en euskera. Unos como ahobizi, otros como belarriprest, pero todos con el mismo objetivo de que nuestra lengua sea cada vez más utilizada en el dia a día. Euskaraldia está siendo un acontecimiento social que comenzó hace muchos meses atrás con todo ese impresionante esfuerzo que han hecho desde los distintos grupos de trabajo de pueblos y ciudades (por lo menos lo que he visto en Mendialdea), sigue en estos once días y que debe continuar después del día 3 de diciembre. Trayéndolo a lo personal creo que Euskaraldia me ha ayudado mucho, por mi nivel de euskera mi elección fue belarriprest, pero también tenía claro que independientemente de mi chapa, siempre que pudiese mi actitud iba a ser de ahobizi. Ha sido una oportunidad para poder expresarme en euskera sin ese miedo que podemos tener los euskaldunberris que estamos aprendiendo. Muchas veces nos cuesta hablar en euskera temiendo cometer fallos, pero el llevar la chapa de belarriprest te da ese comodín de poder cometer errores sabiendo que la otra persona valora el esfuerzo que estás haciendo. Me ha sorprendido lo naturalmente que he mantenido conversaciones en euskera con amigos con los que siempre he hablado en castellano y sobre todo lo que me agrada que durante estos días el euskera se haya convertido en la lengua de mi casa. Ezin dut 11 egun hauetan erabat euskaraz bizi ari naizela esan, baina aste honetan euskara gizarte arlotik arlo pertsonalera pasatu naiz, eta nire hurrengo erronka Euskaraldia bukatuta eman ditudan urratsak mantentzea izango da.
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