Se ponen mallas favorecedoras y deportivas a la última para no perder ni un ápice de belleza ni de comodidad en su cita con el ejercicio. Sin embargo, las mujeres que tres veces por semana se reúnen en el centro de actividad física adaptada (CAFA) Almudena Cid, de la calle Gabriel Celaya, en el barrio de Lakua de Vitoria, no acuden allí para bajar tripa, sino, entre otros motivos, para lucir ésta lo más saludable posible durante los meses restantes hasta el parto. Se trata de las 77 plazas del programa Actividad física para embarazadas que la fundación Zuzenak imparte desde la temporada 2014/2015, en colaboración con el Ayuntamiento de Vitoria, para dar respuesta a personas como estas gestantes, que tienen una serie de necesidades especiales temporales y, por lo tanto, su ejercicio ha de ser adaptado.
Se estima que cada año pasan por esta iniciativa entre 150 y 200 alumnas con el objetivo de mejorar, entre otras capacidades, su estado cardiovascular y muscular, para reducir así la tensión arterial y prevenir problemas de otro tipo, como la diabetes gestacional, al, por ejemplo, evitar el aumento excesivo de peso. “Hay hasta lista de espera”, explica el responsable de esta actividad, Lander Lozano. No en vano, se trata de todo un ejercicio que vale por dos, dados los múltiples beneficios que su práctica reporta a la amatxu y, por ende, a su bebé. “Por un lado, para la gestante, porque durante el embarazo le ayuda a que éste se lleve mejor a nivel físico, fisiológico y psicológico. A medida que avanza la gestación, hay una modificación postural significativa. Se van produciendo cambios en las cadenas musculares, ya que pasan a trabajar diferente a lo que están acostumbrados. En esa transición postural acompañamos al cuerpo para que se adapte lo mejor posible. Trabajamos también el equilibrio. Vamos ayudando al cuerpo a que toda esa transición se haga lo mejor posible, lo que hace que al final el cuerpo rinda mejor en todas sus facetas. No sólo en el embarazo, sino también durante el parto y postparto. Una mujer activa recupera mucho antes que una pasiva, independientemente de otros factores que también influyen en las diferentes etapas”, detalla.
En este caso, la actividad física para embarazadas puede realizarse a partir de la semana 14 de gestación (en el segundo trimestre). Es una iniciativa que incluye diferentes tipos de ejercicios, en función del día de la semana que se practique, como aquagym, ejercicio aeróbico, tonificación, gimnasia postural y relajación. “Este lunes hacemos cardio, el miércoles baile y el viernes piscina, como el remo que nos toca esta semana”, añade.
En cualquier caso, la actividad realiza un servicio muy individualizado, puesto que las embarazadas requieren de unas necesidades adaptadas tanto a sus capacidades físico/fisiológicas individuales como a su gestación. Por ello, una vez que se han formalizado las inscripciones, a través de la página web www.zuzenak.com, se mantiene una reunión con las futuras mamás para saber cuándo se va a iniciar la actividad, que será lo más personalizada posible, dependiendo de, entre otros factores, la edad, el momento de gestación o los hábitos de ejercicio que esa mujer tenía (si los hubiese). Además, la intensidad de ese ejercicio aeróbico se controla mediante un pulsómetro para asegurarse que el ejercicio se realiza según la intensidad adecuada.
Perfil variado El perfil de las alumnas es muy variado. “Puede haber desde triatletas, que tienen un gran hábito de hacer ejercicio y ahora tienen que bajar su nivel de volumen e intensidad, hasta mujeres que no tienen ningún hábito de ejercicio. Es curioso cómo éstas últimas, cuando llegan, en la semana 14, que apenas tienen tripa, se ven muy torpes, pero a medida que avanza la gestación, y que en teoría, deberían sentirse más torpes, se sienten mucho más ágiles porque los beneficios de hacer ejercicio hacen que ese cuerpo se sienta y actúe mejor”, destaca el responsable de esta actividad.
Para Nahikari Oribe, de 32 años de edad, y 36 semanas de gestación, es su primera vez como deportista embarazada, “aunque antes realizaba ejercicio: hacía dantza, aeróbic, zumba... Actividades de mucho impacto, pero cuando supe que estaba de cinco semanas me apunté aquí porque me encanta y me va muy bien. Me gusta, sobre todo, las actividades en piscina y los estiramientos”, cuenta desde la bici estática la futura amatxu de una “nena”.
De hecho, la experiencia en este centro fue tan gratificante que fueron amigas de la cuadrilla de Oribe las que se lo recomendaron, como recuerda. Lo mismo le pasó a Idoia Celada, de 34 años, embarazada de 38 semanas y también de una niña. “Cuando estaba de 14 semanas me apunté, recomendada por unas amigas. Antes, hacía zumba, bailes y máquinas y ahora, la piscina, porque al hacerlo en equipo, te obliga a dar lo mejor de sí. Repetiría de fijo”, subraya Celada.
De las mismas semanas está Iratxe Martínez, que no dudó en empezar allí a hacer ejercicio con 14 semanas. “Antes solía andar” y cuando supo que iba a ser amatxu, de un niño, decidió dar el paso a hacer ejercicio en grupo en Almudena Cid. “Te obligan a estar activa y no quedarte todo el rato en casa. Viene bien para el parto y para el embarazo, mejor. Pero, yo, me quedo con el intercambio de experiencias en este grupo”, señala.
Como agrega Lozano, “es habitual que hagan piña entre ellas. En este caso, por ejemplo, en el grupo de las 12.30 horas de los lunes la mayoría son primerizas. Eso las une, así que después de la actividad muchas veces se van a tomar algo”. Hasta tal punto es así que suelen ser habituales las quedadas tras las clases o las merendolas, cuando los bebés ya han nacido.
Tan agradecidas suelen estar estas amatxus que no dudan en presentar a su retoños a Lozano. “En la primera etapa de la actividad realizamos un encuentro con un centenar de madres y bebés, pero ahora ya se superaría el aforo de la instalación”, cuenta orgulloso el coordinador de esta actividad.