Una quietud aparente que camufla los nervios que nos acometen en el interior de nuestras vísceras. Como la tapa del puchero que oculta la ebullición. Una quietud que desespera en la que no hay ni blanco ni negro, ni frío ni calor, ni verdades ni mentiras”.
Con esas palabras es con las que Kolectivo Monstrenko presenta la obra que interpretó esta semana en el Depósito de aguas. El equipo formado por Txubio Fernández de Jauregui, Javier Fernández Landaluce, Itziar Rekalde, Jasón Guerra, Miguel Garcés, Espe López, Laia Cabrera y Mikel Larrea se llevó un más que merecido aplauso del respetable. Además el diseño y ejecución técnica corrieron a cargo de Marc Cano Grebol.
“Hemos instalado la calma chicha como forma y modelo de vida. Cualquier movimiento por mínimo que sea, será extirpado si lo que pretende es hacer asomar al viento y al agua”, aseguran desde el coletivo.
Con el aforo completo desde hace días, la obra está realizada y pensada de manera específica para este lugar, para el Depósito de Aguas de Vitoria-Gasteiz y para sesiones de un máximo de 50 personas.