Vitoria - No hace muchos años a nadie se le ocurría que en su pueblo pudiera haber una piscina con todas sus instalaciones ya que había otras prioridades y para refrescarse estaba el río, el pantano y, en el mejor de los casos, las piscinas de la capital o del pueblo más grande cercano.

Hoy, por fortuna, hay instalaciones de este tipo en casi todos los pueblos, todas ellas con su agua tratada, su césped donde tumbarse para tomar el sol, su bar donde refrescar la jornada con unas cervecitas, y hasta con un vigilante por si se produce algún suceso.

Sin embargo, bañarse en el río o el pantano sigue teniendo su aquel, su mucho de aventura y de divertido. Casi como un símbolo del divertimento con los amigos en los domingos de verano. Por esa razón, siguen manteniéndose muchas de las estructuras que en su día se realizaron en los ríos, como en el Zadorra, el Baias, el Ayuda y otros, porque en verano siguen yendo muchas personas a disfrutar de esas instalaciones. Eso sí, siempre que baje agua. Y este año no ha faltado al menos hasta ahora, aunque en el Baias ya se nota un fuerte bajón del nivel.

Uno de los espacios más conocidos y populares es el área recreativa de Fresnedo, en Santa Cruz de Campezo. Se trata de un embalsamiento del río Ega a un kilómetro del centro de Santa Cruz en dirección hacia Maeztu, con dos zonas de esparcimiento unidas por un puente de madera. Se trata de un lugar muy cuidado, con fuente de agua potable, mesas y bancos, asadores y zonas de juegos y deportivas, así como baños y duchas. Para los visitantes, asimismo, existe una amplia zona de aparcamientos gratuitos. En ese lugar, junto al puente, se puede practicar una modalidad deportiva de escalada sobre agua llamada ‘Psicobloc’. En verano se instala un bar y en la temporada hábil se puede pescar. Sin embargo, hay que decir que no se permite la acampada.

En la zona de Maeztu, en el río Barrón, en la zona llamada de los Pozilones, siempre ha sido una costumbre bañarse en sus aguas, a pesar de que muy cerca se encuentran las instalaciones de las piscinas municipales, que cuentan con todo tipo de servicios, como los comentados anteriormente. Ahora, al final de la temporada, es más raro que acuda la gente, ya que el nivel del agua desciende notablemente en ese punto.

Parque de Espejo Otro lugar muy bien acondicionado y muy agradable es el parque de Espejo. Bañado por el río Omecillo es un lugar también de baño, pero especialmente de pesca, piragüismo y senderismo. Lo cuidan la Junta y el Ayuntamiento de Valdegovía, que mantienen una frondosa vegetación de árboles que dan sombra, asadores, mesas y bancos a instalaciones de juegos infantiles. El parque de Espejo, a la salida de la localidad, dispone de un bar, zona de camping, aparcamientos, servicios públicos y fuentes de agua potable.

Más hacia el sur, en la misma comarca de Valles Alaveses, se encuentra la cascada y la zona de baño del río Ayuda, en el lugar denominado Linares. El lugar es una amplia chopera donde hubo espacio para habilitar un campo de fútbol. Además dispone de asadores, que en verano están clausurados, fuentes de agua potable, mesas y bancos, zona de juegos infantiles y un amplio aparcamiento.

Relativamente cerca se encuentra Armiñón y el río Zadorra. Allí no es que se haya acondicionado una zona de parque y de baños, pero los jóvenes de la localidad siempre han tenido en su orilla un trampolín para saltar al río y zambullirse en sus aguas. Por supuesto, solamente en verano, porque en invierno es un cauce bravo con el que hay que tener cuidado.

Parecida a esa instalación en Kuartango, en el río Baias, también existe esa afición por saltar al cauce del río desde la zona donde se encuentra el frontón municipal y a pesar de contar escasos 15 metros con unas impresionantes y cómodas piscinas municipales. Además, con el tiempo está siendo más fácil ver embarcaciones tipo kayak en esa zona que bañistas, aunque ahora mismo no queda agua para lanzarse desde la valla protectora de la orilla.

Este mismo río, pero en Sarria, cuenta con otra zona que antaño era lugar habitual de bañistas, en la zona denominada Zaldilbartxo. El río Herrerías, en Retes de Llanteno, en la zona de Ayala, también cuenta con unas zonas que siempre atrajo bañistas, lo mismo que los pantanos en las playas de Landa, en Arrazua-Ubarrundía, o en Garaio, en el término de Vitoria.

Sin embargo, para quienes decidan regresar a las frías aguas de los ríos, es importante recordar que lo normal es que no haya ninguna vigilancia, por lo que hay que extremar las precauciones para evitar accidentes. Como el que sufrió una señora en Fresnedo, en agosto de hace dos años, que se cayó de la cascada y su marido tuvo que lanzarse al agua para sujetarla hasta el momento en el que llegaron los bomberos, ya que se había roto un pie y no podía salir del agua sin ayuda.

En Rioja Alavesa hace años había mucha costumbre de irse a bañar al río Ebro, a La Póveda, un lugar con asadores, mesas y bancos y rico en pesca. En la actualidad ya nadie lo hace, porque las presas del lugar han modificado el cauce y la fuerza de las aguas y lo han convertido en un peligro. La alternativa ha sido convertir ese lugar en un embarcadero de kayaks, con un notable éxito.

Aguas abajo, en Logroño, existieron las piscinas del Ebro: una sucesión de piletas realizadas con piedra a las que acudían riojanos y alaveses para disfrutar de las aguas y de la estancia en el lugar. Actualmente han desaparecido y se ha construido un complejo de piscinas muy importante. Tan solo se ha dejado un pequeño embarcadero para canoas tipo kayak.