- El solar de la calle El Frontín de Labastida, en uno de cuyos extremos se encuentran las cuevas y la muralla que guardaba el perímetro de la villa más antigua, vuelve a encontrarse en situación de riesgo ante la posibilidad de que se construyan viviendas en este enclave. El Ayuntamiento de la localidad alavesa ha elaborado un proyecto de urbanización para la zona y este será expuesto para la presentación de alegaciones durante un plazo de veinte días.
Esta iniciativa, según ha explicado la alcaldesa, Laura Pérez Borinaga, obedece al compromiso que tenía el Ayuntamiento cuando hace 16 años se demolieron las casas que allí había y se llegó al acuerdo con los propietarios de que sería la corporación municipal quien se encargaría de la urbanización. Es decir, de la instalación de las canalizaciones de agua y residuales, así como de un centro de transformación eléctrica, que estarían soterrados.
La alcaldesa ha explicado que, según el Plan General, en el solar, que es usado como aparcamiento, en realidad debería haber viviendas cerrando la calle. La cuestión es que en las traseras se encuentran las cuevas y la muralla, que sólo se podrán visitar, en caso de construirse, por el estrecho paso que quedará por detrás. Pero así está establecido en el Plan General.
gobierno vasco Hace ocho años, el entonces consejero de Vivienda y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco, Javier Madrazo, anunció en Labastida que se había llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento de Labastida para iniciar la construcción de viviendas destinadas a cubrir las necesidades habitacionales de los jóvenes de la localidad. El proyecto se dio de bruces con la oposición vecinal, ya que los vecinos de esa zona no solo querían salvar los restos históricos, sino además recuperarlos como un valor turístico.
El proyecto anticipado por Madrazo consistía en una edificación de planta baja, tres alturas y bajocubierta, con un número no determinado de viviendas que tendrían una superficie de 90 metros cuadrados más garaje y trastero. El precio previsto oscilaría entre los 142.000 y los 178.000 euros, y los destinatarios serían los jóvenes de la comarca, prioritariamente los de Labastida.
Por su parte, el Ayuntamiento “vendería” el solar al Gobierno Vasco (aunque también hay propietarios particulares y constructoras) y, a cambio, recibiría locales comerciales del edificio para utilizarlos en las diferentes necesidades del municipio. De esta forma, el único dinero que se invertirá será el que iba a poner Lakua, con una estimación de 1,12 millones de euros.
Frente a las protestas de los vecinos, el Consejero se comprometía a salvaguardar los restos históricos de la zona, pero advirtió de que las inversiones para recuperar la muralla deberían esperar hasta que hubiera recursos destinados a ese fin.
Las últimas viviendas protegidas construidas en Labastida se ejecutaron en el año 2000 y desde entonces no se ha realizado ninguna otra promoción. El cambio de gobierno provocó que el proyecto se quedara guardado y que no se llevara finalmente a cabo.