Vitoria - ¿Cuál es la rutina de un músico en fiestas?
-La mía se reduce a tocar con la banda. El resto del día lo paso con la familia, porque tengo dos chavales pequeños, de seis y ocho años. Por las mañanas me levanto, desayuno con ellos, me preparo, voy a las dianas o al concierto y, si el tiempo lo permite, me doy un paseo con ellos para ver los gigantes y cabezudos o lo que se preste. Como estos dos últimos años no ha habido toros, por la tarde tenemos esparcimiento.
¿Se toca de forma diferente en La Blanca que el resto del año?
Yo creo que sí. Personalmente, sí toco diferente, porque interpretas un poco el espíritu de las fiestas, no estás tan pendiente de otras historias como sucede en conciertos más serios. Te permites alguna licencia y, aunque no somos una fanfarre y mantenemos nuestra imagen, sí que, por ejemplo, nos permitimos saludar a alguien... Algo diferente sí se toca.
¿Alguna preparación especial de cara a esta semana?
Personalmente, no me preparo de ninguna manera especial. Cuando era más joven, sí porque sabía que llegaba una semana un poco de desfase, pero ahora no hay mucho preparativo. Un buen corte de pelo para enfrentarse al calor y poco más.
¿Hay algún evento dentro del programa festivo que aguarde con especial anhelo?
-Los últimos siete años, por los hijos, vivimos el día de Celedón y Neska Txiki de una manera más especial. Tenemos ganas de ver cómo lo hacen este año con el traslado a la Virgen Blanca. Un cambio que me parece genial, ya que es como subir de categoría el evento. Nos va a dar el sol, pero se aguantará bien.
¿Y la otra novedad, la de poner nombre a Neska Txiki?
-Perfecto. Edurne me parece un nombre ideal.
¿Cuál es la canción de fiestas?
-Sin duda, Celedón. Porque lo canta todo el mundo. Las cuadrillas de blusas, la gente por la calle... Y no sabría decir las veces que lo tocamos nosotros, pero muchas.