Dos vecinos acuñan cuatro medallas de la Batalla de Vitoria
Dos expertos crean una colección de monedas conmemorativas
vitoria - Cuatro réplicas de medallas en forma de monedas conmemoran el bicentenario de la Batalla de Vitoria. Se trata de tres reconocimientos históricos, dos de ellos creados en las Cortes de Cádiz de 1813 y un tercero acuñado en Londres a instancias del ejército británico en 1814. A ellos se suma una cuarta distinción, promovida desde la propia Vitoria por la Asociación Histórica 2013. Los impulsores de esta iniciativa, Ernesto García Ozaeta, un enamorado de la historia de la ciudad, y Patxi Viana, secretario de la Asociación Histórica Vitoria 2013, se han ocupado de realizar una tirada de 200 unidades que incluyen los cuatro medallones y un díptico que, además de hacer las veces de funda protectora, recuerda el origen de las monedas y detalles de la Batalla de Vitoria. La iniciativa ya se ha puesto en conocimiento de los responsables institucionales por si quisieran emplearla en promociones turísticas o de cualquier otro tipo. El Ayuntamiento de Vitoria utiliza desde hace tiempo una medalla conmemorativa del hecho histórico, en forma de insignia, en sus actos oficiales. Una propuesta obra de Francisco de Longa, pero originaria de 1815 y, por tanto, un año más moderna que la de Londres y dos más que la de Cádiz.
La idea de plasmar en una colección de monedas uno de los capítulos más destacados de la historia de la ciudad surgió en la mente de Ernesto hace tres meses. Le llevó dos consensuar los detalles con Patxi y materializar su idea. Las medallas, profusas en detalles, son exactas a las originales salvo por dos características: el material y el grosor. Los facsímiles están realizados en zamak con un baño de plata y, en lugar de tener 42 milímetros de grosor sólo tienen 40 para evitar confusiones.
La historia de las dos primeras monedas se remonta al 2 de julio de 1813. Durante aquella jornada se celebró una sesión de las Cortes de Cádiz que contó con la asistencia de diputados españoles y de otros llegados de ultramar. Imbuido del sentimiento de optimismo que recorrió el país tras la victoria sobre las tropas francesas, el representante de la provincia peruana de Charcas, Mariano Rodríguez, se ofreció a correr con los gastos derivados de la creación de una medalla conmemorativa que reproduciría el busto del Duque de Ciudad Rodrigo -y Duque de Wellington- y que contuviera una inscripción alusiva a los acontecimientos vividos en Vitoria.
Como resultado de aquel ejemplo de filantropía se acuñaron dos monedas de plata en Sevilla, muy parecidas entre sí, con la interesante leyenda Triunfo de Vitoria. Se llevaron a la Secretaría del Congreso para que fueran repartidas, pero cuando Fernando VII retomó las riendas del país ordenó eliminar todas las referencias a las Cortes de Cádiz, con lo que las medallas cayeron en el olvido.
La tercera medalla también encierra una curiosa historia. Ideada por la oficialidad del ejército británico y acuñada en Londres, estaba destinada a conmemorar la hasta entonces mayor gesta de las tropas inglesas. “Había sido una victoria fundamental, la mayor de sus ejércitos hasta ese momento”, detalla Viana. Fue entregada como regalo al Duque de Wellington en el primer aniversario del “triunfo de Vitoria”, pero la gesta quedaría ensombrecida muy poco después, concretamente el 18 de junio de 1815, cuando el ejército británico acabó definitivamente con las tropas napoleónicas en una población belga llamada Waterloo.
Con motivo del primer centenario de la Batalla de Vitoria, el periodista, escritor, académico y en su momento alcalde de Vitoria, Eulogio Serdán, buceó en la documentación que logró recopilar y supo de la existencia de las monedas creadas por Mariano Rodríguez, hasta entonces totalmente desconocidas en Vitoria. Igualmente descubrió que las Cortes de Cádiz aprobaron la construcción de un monumento que recordara el glorioso suceso. Acabó erigiéndose en el centro de la capital alavesa algunos años más tarde y después de pasar por muchas fases. Concretamente, se inauguró el 4 de agosto de 1917.
La colección se encuentra ya a la venta para coleccionistas y particulares en Guereñu y en Kirol Didac. Dada su relevancia histórica, sus impulsores estarían encantados si las instituciones públicas las aprovecharan para llevar a cabo labores promocionales o de divulgación.
La investigación sobre la idea original del monumento que hoy corona la Plaza de La Virgen Blanca, igualmente desarrollada en 1813 en Cádiz, reveló otra sorpresa. “Lo más asombroso fue descubrir que, en el fondo, éste era un monumento pensado para honrar al General Álava. En 1852 se anunció en la prensa madrileña que el Ayuntamiento de Vitoria proyectaba una columna como la de Nelson sobre la que se colocaría la estatua del General Álava. En 1864 se pidió que se modificara y que se realizara un monumento ecuestre. En 1898 se pensó en hacer una fuente monumental con una estatua a caballo del General Álava en su parte superior. En 1906 se retomó la idea de la estatua ecuestre, pero finalmente en 1913, con motivo de la celebración del centenario de la Batalla de Vitoria, se combinó la idea de un monumento conmemorativo con la propuesta de la figura ecuestre del General Álava.
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