VITORIA - El empresario alavés Antón Iráculis aseguró ayer que él no “vació” el Grupo Urvasco, del que fue presidente, que no se quedó “ni un solo céntimo” y que todas las operaciones hechas fueron “públicas” y respaldadas por sus asesores y abogados. Iráculis prestó declaración en la primera vista del juicio celebrada en la Audiencia Provincial de Álava en el que la Fiscalía solicitó para el empresario 13 años y medio de cárcel por supuestamente haber desviado en 2008 un total de 34,7 millones de euros del grupo, que llegó a ser el máximo accionista de la cadena hotelera Silken, a una supuesta sociedad “instrumental” en un momento en el que la mercantil arrastraba problemas económicos, que finalmente derivaron en un concurso de acreedores.

Según el Ministerio Público, el objetivo que movió a Iráculis fue el de obtener un “beneficio patrimonial indebido en claro perjuicio para sus acreedores”. En el banquillo de los acusados se sentaron su mujer y sus dos hijas y un socio. La fiscal mantuvo que los acusados crearon la sociedad Numerus Clausus, que se constituyó como empresa matriz del Grupo Urvasco y grupo hotelero Urvasco, y que a ella desviaron dinero en “pos de su propio beneficio”, lo que supuso la “descapitalización social” del grupo. En concreto, se describen dos operaciones: el reparto de 17,5 millones de euros en concepto de dividendo a cuenta de beneficios futuros en 2008 y la supuesta simulación en junio de ese año de un préstamo por 17,2 millones de euros desde el Grupo Urvasco a Numerus Clausus. “Yo no vacié nada”, zanjó el empresario, quien recordó cómo el grupo siguió funcionando siete años después de las dos supuestas operaciones ilegales hasta que, finalmente, entró en concurso de acreedores, y enfatizó que ambas se hicieron tras la supervisión de sus asesores.

La Fiscalía pide para las dos hijas y el socio de Iráculis 13 años y medio y solicita otros 8 y medio de prisión para su mujer. - Efe