vitoria - Iziar Morado tenía previsto llegar al mundo el pasado sábado 23 de diciembre pero, cosas del destino, decidió retrasarse algo más de una semana y nacer en la madrugada de ayer, la primera de 2018. Para ser más exactos, 45 minutos después de las campanadas. Pasará así a convertirse en unos pocos años en “la mayor de su clase”, según subrayaba orgulloso su aita Jon Xabier, cuando todo apuntaba a que sería una de las benjaminas. La pequeña, que pesó tres kilos y 100 gramos, fue el bebé más madrugador del recién estrenado año no sólo en Álava sino en todo Euskadi, tras un larguísimo parto que finalmente se resolvió mediante cesárea.

Tanto la pequeña como su madre, Laura Rituerto, se encuentran en perfecto estado de salud, pese al enorme cansancio derivado de esta suerte de maratón y a ese paso final por el quirófano. “Ha sido un parto complicadillo, pero merece la pena”, aseguraba la radiante amatxu pasado el mediodía de ayer desde su cama del Hospital Universitario de Álava (HUA-Txagorritxu). La primera hija de estos vitorianos “de toda la vida” aunque nacidos fuera de la capital por otras circunstancias del destino conocerá su casa “en tres o cuatro días”, cuando su madre esté ya completamente repuesta.

Laura ingresó en Txagorritxu el sábado a las 9.00 horas y se pasó todo el día de Nochevieja tratando de dar a la luz, pero “no había manera de que saliese”, según describió gráficamente su pareja. Las horas cayeron una tras otra, llegaron las campanadas y tanto Jon Xabier como Gotzone, la también primeriza abuela paterna, comieron las uvas en el hospital gracias a sus atentas enfermeras. “Ha sido una adrenalina la que nos ha hecho pasar la niña. Vaya Nochevieja, sin dormir aquí... Estamos todavía de fiesta. Comí las uvas pero se me atragantaban un poco”, confesaba Gotzone. “Nunca me imaginé que iba a estar así en Nochevieja”, reconocía por su parte la “feliz” madre. “Estoy bien, sólo que no he desayunado ni nada”, bromeaba. La familia, como es tradición, recibirá esta mañana la primera de las 365 barras de pan con las que le va a obsequiar durante este año la Asociación de Panaderías de Álava gracias a la tradicional campaña Con un pan debajo del brazo. “Ahora a disfrutar de todo con salud”, anhelaba de nuevo la abuela de la niña.

Iziar llegó al mundo durante una de las noches más “caóticas” del año, según reconoció también en declaraciones a este periódico Olga Martínez de Lahidalga, supervisora general del HUA-Txagorritxu, pero que en este 2018 “no ha sido especialmente mala”. “Dentro de que el hospital está bastante lleno de pacientes, el personal ha podido cenar bien y ha estado tranquilito por la noche. La Urgencia ha ido poco a poco llenándose y el quirófano no ha tenido nada importante salvo la cesárea de Laura. Las consecuencias de la Nochevieja las sufre mucho más Santiago”, describía la profesional. Junto a Iziar, otras dos niñas vinieron al mundo durante la madrugada en Txagorritxu, ambas tras dos partos naturales y sin incidencias.