la pobreza energética ha llegado a los hogares de miles de alaveses en los años recientes. E incluso se ha cronificado, tanto en éstos como en los que ya se había manifestado previamente, por mucho que las cifras económicas hayan ido mejorando. Así lo ha denunciado estos días el colectivo gasteiztarra Por una vida digna, para quien la pobreza energética es “una de las manifestaciones más sangrantes” de la pobreza en su sentido más amplio. La asociación de apoyo a los pensionistas y de defensa de los derechos de las personas más vulnerables ha recordado también que existen dos medidas “paliativas” que, sin solucionar el problema de fondo, pueden hacer la vida un poco mejor a quienes la padecen. Personas entre las que lamentablemente también hay muchos mayores y niños. Se trata tanto del Bono Social, de ámbito estatal y que únicamente opera en el consumo eléctrico, y de las ayudas municipales de Vitoria, de las que pueden beneficiarse los pensionistas con bajos ingresos. En este caso, los perceptores pueden financiar el consumo energético en su globalidad, tanto el gas como la electricidad.

Según recuerda Por una vida digna, para ser perceptor del Bono Social el solicitante debe ser considerado consumidor vulnerable, donde encajan las personas físicas que sean titulares de un punto de suministro de electricidad en su vivienda habitual con una potencia contratada igual o inferior a los 10 kW y cumplan uno o varios requisitos más, o estar en riesgo de exclusión social. En este caso, la renta familiar anual de los potenciales perceptores no debe rebasar los 7.455 euros cuando se trata de unidades convivenciales sin menores.

Las familias numerosas y las personas pensionistas por jubilación o incapacidad permanente que perciban la cuantía mínima vigente tendrán más posibilidades de tener derecho a percibir esta ayuda en función de sus rentas. Los consumidores vulnerables podrán beneficiarse de un descuento en sus facturas del 25%, mientras que los que se encuentren en riesgo de exclusión podrán cubrir hasta el 40% de su gasto. Además, tal y como recuerda Por una vida digna, los consumidores de energía eléctrica que a 10 de octubre de 2017 fuesen beneficiarios de este Bono Social dispondrán de plazo hasta el 10 de abril de este inminente 2018 para acreditar la condición de consumidores vulnerables y seguir siendo beneficiarios de la ayuda.

hasta el 2 de enero Plazo que, para quienes cumplan los requisitos para acceder a las ayudas municipales de Vitoria, concluirá mucho antes, concretamente el próximo martes 2 de enero. Será cuando se cierre la solicitud para entrar en la convocatoria que permitirá cubrir los gastos energéticos generados por personas pensionistas con bajos recursos en el segundo semestre de 2017. La inscripción puede realizarse en las Oficinas de Atención Ciudadana de los centros cívicos de la ciudad.

Podrán acceder a esta subvención quienes cumplan conjuntamente los siguientes requisitos: Ser pensionistas, ser perceptores de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI), estar empadronados en Vitoria con al menos cinco años de antigüedad y estar abonando facturas de gas, electricidad u otros combustibles correspondientes a la vivienda habitual. En los tres meses siguientes a la fecha de finalización de la ayuda, las personas perceptoras deberán presentar los documentos justificativos del gasto energético subvencionado en la misma Oficina de Atención Ciudadana.