labastida - En cualquier época del año, Labastida tiene mucho que ver y ser disfrutado. Una parte importante de sus atractivos son las actividades al aire libre: la subida al Toloño o a San Ginés, a los lagares o a las ermitas. Pero para aquellos que prefieran visitar Labastida a su aire o lleguen en un momento del invierno en el que la Oficina de Turismo esté cerrada, se ha previsto la instalación de una decena de lectores de códigos QR por los lugares más emblemáticos de la villa: la plaza de la Paz, que alberga los tres edificios más importantes de Labastida, como son el ayuntamiento, la Casa de Cultura y la Parroquia; el Frontín y sus cuevas, la ermita del Cristo, las casas palacio o los Arcos que hay en Labastida. La alcaldesa, Laura Pérez Borinaga, explica a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que “en Labastida no solo tenemos un turismo verde importante que estamos desarrollando con nuevas rutas o mejora de las que ya se utilizan, sino también tenemos un importante turismo cultural, histórico, que da a conocer nuestro patrimonio”, remarca. Lo cierto es que Labastida es un pueblo que tiene un casco histórico, a veces precioso, pero también a veces muy desconocido y una forma de facilitar el conocimiento de ese casco histórico es la colocación de unos códigos de lectura QR, a los que se ha acompañado un folleto donde se informa del lugar donde están estos lectores para hacer la vida más fácil a los visitantes.

La idea de estos lugares de información es que “sin necesidad de una visita guiada por la oficina de turismo, sobre todo en esta época de invierno en la que disminuyen el número de visitantes y la oficina tiene un horario más limitado, cualquier persona, entre semana, puede conocer el pueblo con este itinerario y a través de los códigos QR pueden tener información de lo que ven aunque no tengan esa guía personal”. Siguiendo los criterios de la Alcaldía y de la oficina de turismo, los lectores se han colocado en los lugares más emblemáticos. El recorrido comienza en la plaza de la Paz, donde se encuentran los tres edificios más importantes de Labastida: el ayuntamiento, de la época de Carlos III; la Casa de Cultura, antiguo palacio de los Salazar, que alberga la oficina de turismo y la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, construida entre los siglos XVI al XVIII. El recorrido sigue por la calle Frontín hasta las murallas, donde también hay un lector de códigos QR. Luego se sube por la parte de La Mota hasta la ermita del Cristo, parroquia original del primer asentamiento en Labastida, y el Arco de Toloño, que es un elemento patrimonial que también se quiere destacar. Desde allí se puede bajar por la zona de La Costanilla hasta el arco de Larrazuria, y posteriormente se sube por la calle Mayor hasta las casas palacio más reconocidas que tiene el municipio, como son el palacio de los Paternina y otros que hay en la zona. Ese es un buen punto para terminar el recorrido porque el que quiera regresar a la plaza de la Paz para disfrutar de los bares de ese entorno o por los que están en la calle Frontín puede hacer un alto en el camino para disfrutar de su oferta. O sino, por la calle Florida puede acercarse a los bares de abajo. “Es una forma de realizar un recorrido en el que unes todo: el disfrute turístico y el disfrute enogastronómico”, apostilla la primera edil de la localidad, Laura Pérez. - P.J.P.