Vitoria - El colegio de educación Infantil y Primaria de Judimendi vive unas jornadas de especial celebración, coincidiendo con los 50 años desde que abrió las puertas a su alumnos en este popular y céntrico barrio de Gasteiz. Fue un mes de septiembre del año 1967 cuando los primeros alumnos se sentaron en los pupitres del centro, aunque la inauguración oficial se produjo un par de meses más tarde. Para conmemorar este primer medio siglo de existencia ha organizado el centro una jornada de celebración para hoy viernes con un programa “humilde, pero muy sentido para que disfruten todos nuestros alumnos”, remarca su jefa de estudios, María Cecilia Martínez, en conversación con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. Para la matinal de este último día lectivo de la semana se ha programado una sesión de cine, además de diversos juegos y actividades que servirán para la diversión de los alumnos, entre 3 y 12 años, que tiene en la actualidad Judimendi.

El evento más especial de la celebración tendrá lugar, a las 15.00 horas, con una chocolatada en el patio del colegio que hará las delicias y saborearán los 213 alumnos y 23 profesores que componen la comunidad educativa de este curso. A ella acudirá la delegada de Educación en Álava, junto a representantes del Gobierno Vasco. No podrá estar presente el alcalde, Gorka Urtaran, a quien problemas de agenda le van a impedir acudir a disfrutar de este medio siglo de Judimendi. Como reconocimiento a estas bodas de oro en el mundo educativo, el Ayuntamiento va a ofrecer una recepción a todo el personal del centro, el lunes 27 de noviembre a partir de las 18.00 horas, coincidiendo con la celebración del Día del maestro. “Habíamos pensado en hacer una exposición con material de estos 50 años de vida, pero no tenemos más documentación que una fotografía de cuando empezaron las clases”, explica con resignación la jefa de estudios del centro.

centro multicultural Han sido muchas las generaciones de vitorianos que se han formado en el centro y han desfilado por sus aulas. Con la llegada de los nuevos tiempos, y la época de la globalización, un recorrido por sus pasillos permite toparse con un variopinto alumnado procedente de todos los rincones del planeta. Con la llegada del último alumno al centro procedente de Honduras “estamos felices de añadir una bandera más, que no teníamos a nuestro particular mapa del mundo”, remarca con satisfacción Martínez. De esta multiculturalidad ha hecho un elemento distintivo propio Judimendi, al ubicar en el hall de entrada un gran panel y colocar la bandera correspondiente los 25 países de los que proceden su variopinto alumnado. “Puedes encontrar estudiantes de China, Marruecos, Argelia, Rumanía, Afganistán, Nigeria, Panamá, Bolivia, Senegal o República Dominicana, entre otros” enumera, ayudada por una lista, Cecilia Martínez. Ella misma es un claro ejemplo de esta presencia de gentes llegadas de otros rincones. “Soy nacida en Uruguay y vine de allí con 10 años”, afirma con orgullo. Judimendi ha sabido sacar partido al hecho de ser una representación a escala de las naciones unidas en pleno corazón de Gasteiz. “Aquí no hace falta celebrar una semana intercultural, porque nuestro día a día ya es todo un ejemplo de convivencia entre niños de cualquier rincón del mundo”, remarca. Ensalza el trabajo del cuerpo de 23 profesores “maravillosos” que llevan las riendas y tutelan esta amalgama de orígenes variados. “Es difícil trabajar con un alumnado que llega de situaciones familiares complicadas y, en ocasiones, con unos niveles muy básicos en cuestiones escolares”, puntualiza Martínez. Sin embargo, todo el trabajo se organiza, divide y reparte “para que nadie se sienta extraño y si hay que colaborar entre varios profesores en una materia, se hace, pero siempre con ese fin”, remarca.

En estas situaciones es donde la responsable del centro pone en valor “el trabajo, esfuerzo y dedicación de un profesorado implicado y que se siente a gusto en el centro”, valora. De los 23 profesores que imparten clase en Judimendi, hay seis “denominados definitivos y fijados al centro gracias al programa Hamaika Esku del Gobierno Vasco, otros cinco son definitivos y los 12 restantes son interinos”, describe. Sin embargo, tener una cifra superior al 50% de profesorado sin plaza fija, no supone ningún problema. “Son muchos los que vienen un año y repiten los cursos siguientes al gustarles el ambiente que se genera en el centro y estar felices con todo lo que hacemos”, relata una jefa de estudios con 41 años de servicio en el mundo docente, y los últimos ocho al frente del centro que cumple sus bodas de oro. Un ejemplo del singular trabajo y compañerismo que se vive entre el colectivo es la costumbre de comer todos juntos en una de las dependencias o la iniciativa lunes dulces que supone a cada profesor encargarse de aportar el postre en el almuerzo de cada primer día lectivo de la semana para el resto de compañeros.

un colegio, no un gueto El afecto que demuestra la jefa de estudios por sus compañeros docentes se convierte en malestar cuando aparece la palabra gueto por la composición y variedad de su alumnado. “Pueden utilizar ese término, pero estamos felices de ir sumando banderas a nuestro mapa de procedencias”, remarca Martínez. “Me duele que se refieran de ese modo, sin tener en cuenta la gran labor social que hacemos. Aunque los alumnos tengan dificultades para hablar castellano, se les ayuda y ponen todo tipo de facilidades y Judimendi es un centro en el que todos los alumnos tienen su propio nombre, huyendo de las etiqueta de recurrir a la nacionalidad de procedencia de cada uno”, enfatiza. Se mantiene la jefa de estudios alerta ante la proliferación de esta etiqueta y siempre que oye “hablar de una manera inadecuada del centro, le llamo e invito a venir para que vea con la normalidad que nos desenvolvemos”.

Como complemento al programa docente, el contacto es permanente con los Servicios Sociales de Base del Ayuntamiento a la hora de facilitar y proporcionar cualquier tipo de servicio a los alumnos “para que causas como no contar su familia con dinero suficiente no les lleve a no poder llevar a cabo cualquier actividad”. relata satisfecha. De esta manera consumen el ciclo en Judimendi antes de continuar y recalar su formación en el Instituto Federico Baraibar y también optar por otros centros como los del consorcio Egibide.

Bodas de oro. En septiembre de 1967 arrancaron las clases en el edificio del colegio situado junto al parque de Judimendi.

La jefa de estudios de Judimendi es una hispano-uruguaya, que acumula ocho años al frente del centro y se muestra “feliz” por ir ampliando la lista de nacionalidades de los alumnos entre 3 y 12 años que se forman en este popular colegio de Gasteiz.