VITORIA - El arte urbano en forma de mural ya tiene un nuevo espacio en el parque de Judimendi. La artista local, Irantzu Lekue, asistió ayer emocionada al estreno de su última obra Ahoz aho y que tuvo como madrina de excepción a la escritora Toti Martínez de Lezea.

El color y las más variadas formas en la composición se han adueñado del viejo muro de cemento gris que separa el parque y la calle Federico Baraibar y salva su desnivel. El mural resalta el papel de la mujer a lo largo de la historia, incluso desde la mitología, como transmisora de vida, creencias y sabiduría. Un proyecto colaborativo desde su origen, en el que la creadora ha unido fuerzas con Toti Martínez de Lezea para moldearlo antes de dar forma a los bocetos. Su dibujo se ha abierto también al barrio mediante la participación diaria de su vecindario, el joven alumnado de los centros educativos del entorno y distintos colectivos sociales.

RECUPERAR EL ESPACIO A su joven creadora, Irantzu Lekue, impulsora de la cercana sala ARTgia, le asaltó la idea de devolver la vida a este espacio a base de pasar por allí y constatar su abandono. En un principio, imaginó una obra basada en la brujería, pero finalmente apostó por la visibilización de la mujer “como lo que realmente ha sido” desde tiempos inmemoriales, un enfoque alejado de conceptos erróneos o visiones que se han ido incorporando al imaginario popular.

La colaboración de Fernández de Lezea, con la que Lekue compartió mesa y trabajo de documentación en la casa de Larrabetzu de la escritora, ha sido clave en este giro “hacia lo positivo”, que arroja luz sobre el papel de la mujer como creadora de la agricultura, del arte o de la propia lengua. También incorpora otros elementos muy enraizados en el espacio junto al que emerge, un parque de Judimendi por el que antes discurría un río, que fue el cementerio de la comunidad judía asentada en Gasteiz hasta el siglo XV y que a día de hoy celebra, envuelto en fuego purificador, la llegada del solsticio de verano.