la familia claretiana espera con gozo desde el pasado mes de mayo la fecha del 21 de octubre, día designado por la Santa Sede para la beatificación de 109 claretianos que fueron asesinados en el marco de la Guerra Civil.

La última remesa de mártires está encabezada por los nombres del sacerdote Mateo Casals, de Teófilo Casajus -quien por aquel entonces era estudiante de Teología- y del claretiano laico Fernando Saperas. Entre los 106 restantes figuran catorce navarros y un alavés, Nicolás Campo Giménez de Bikuña, quien además resulta ser el mártir más joven de la orden claretiana, con tan solo 16 años.

Nicolás nació el 5 de marzo de 1920 en el caserío de Ula, en la localidad de Agurain, profesó como claretiano en la localidad de Vic el 11 de junio de 1936 y pocos meses más tarde, el 19 de octubre, sería fusilado en Mas Claret, en la localidad Leridana de Cervera, junto a otros 17 compañeros. Con tan solo 16 años ha sido reconocido como el mártir más joven no solo de la Congregación Claretiana sino de la persecución religiosa de aquellos años.

El claretiano y también hijo de esta localidad alavesa, Josu Alday, está colaborando para que el pueblo y la Iglesia conozcan la corta vida de este joven con charlas, exposiciones y conferencias que se han celebrado en la localidad de Agurain y que se intensificarán en fechas próximas a la beatificación. Así, está prevista para el próximo viernes 29 una charla con un acompañamiento musical en el Convento de las Hermanas Clarisas de Salvatierra. Se cantarán tres canciones sobre los mártires claretianos, además de Claret Mixiolari y el Himno a Nicolás. La voz solista correrá a cargo del claretiano y tenor Aitor Meza, a quien acompañarán el coro parroquial y las religiosas del convento de las Clarisas. También en Vitoria se podrá escuchar esta conferencia el viernes 6 de octubre en la sede de la Cofradía de la Virgen Blanca, ubicada en la calle Zapatería 54 (19.30 horas).

El acto de beatificación tendrá lugar en la Sagrada Familia de Barcelona y será presidido por el cardenal Angelo Amato, prefecto para la Causa de los santos.

La congregación claretiana contabiliza en más de doscientos los miembros de su comunidad que fueron asesinados durante la contienda civil. De algunos de ellos, la mayoría jóvenes, se ha tenido constancia de su muerte martirial, y algunos ya han sido reconocidos por la Iglesia; de otros se tienen sospechas fundadas de que fueron asesinados también por su condición religiosa, pero la falta de datos ha impedido incluirlos en los procesos martiriales.