elciego - Muchas ganas había en Elciego de iniciar las fiestas, porque desde primeras horas de la mañana ya se veían cuadrillas de chicos y chicas armados con botellas de sidra y hasta de gaseosa para dar la bienvenida al Barrihuelo y a los cinco días festivos dedicados a la Virgen de la Plaza. Todo comenzó sobre las diez y media, con una verdadera multitud acudiendo al almuerzo que se había previsto en el bar del jubilado por parte de la asociación Andalán. A continuación, los vecinos, los visitantes, los músicos y los gaiteros se concentraron en la plaza del Crucero y desde allí fueron a la plaza del Ayuntamiento para que las niñas y niños de la localidad honraran a la patrona depositando en el altar ramos de flores.

Como es tradicional, una gran cantidad de personas, la mayoría con ramos de flores, fue llegando al pequeño templo que se encuentra justo enfrente del Ayuntamiento para el canto colectivo de la salve con la que siempre comienzan las fiestas dedicadas a la patrona de Elciego.

A continuación, un buen grupo de personas, llevando a los niños nacidos en el último año, nueve en total, subió al salón de la Casa Consistorial para recibir del alcalde, Luis Aldazabal, y del resto de concejales, su primer pañuelo de fiestas. Madres, padres y abuelos y una legión de cámaras de fotos estuvieron presentes en ese acontecimiento de bautismo festivo de los bebés y, a continuación, se hizo la foto de familia que recordará para siempre sus primeras fiestas.

Por su parte, el centro de la plaza fue tomada por un buen número de jóvenes armados de botellas de sidra, cava y gaseosa que motivaron que los músicos de Santa Cecilia se retiraran prudentemente hacia el fondo del escenario colocado para los conciertos. Con esa escenografía, a la una en punto de la tarde, hora prevista para el txupinazo, el teniente de alcalde, Juan Carlos Uribe, prendió fuego a la mecha con un encendedor y mientras el cohete surcaba los aires para reventar con un estruendo, en la plaza, la banda, ponía música el descenso del Barrihuelo, el baserritarra de fiestas que permanece durante la celebración sentado en una silla del salón de plenos.

El muñeco cruzó la plaza desde la espadaña de la ermita hasta el balcón del Ayuntamiento mientras surcaban el aire chorros de vino espumoso, agua y líquidos diversos calando completamente al grueso de gente que se había concentrado en el centro de la plaza. Una vez en el interior, Barrihuelo -el de carne y hueso- salió a la terraza. Joseba Gallego, mucho más marchoso, fue recibido con gran algarabía por la gente concentrada en la plaza, donde apenas cabía nadie más. Cantando y bailando encandiló como siempre a la gente congregada, que coreó sus canciones y secundó sus vivas a la fiesta, a Rioja Alavesa y a la patrona.

Terminado ese acto y mientras los niños recogían los caramelos que se lanzaban desde los balcones de la Casa Consistorial, los gaiteros comenzaron el recorrido por las calles que se habían cerrado al tráfico para que la gente pueda disfrutar de unas fiestas sin peligro. También les siguieron los Fito’s Txistulariak. Además, bajo la agradable sombra de los árboles de la plaza se ofrecieron sorbetes de zurracapote a todos los que lo quisieron y los bares llenaron de pintxos los mostradores mientras corría el vino de Rioja Alavesa y de Elciego.

Hoy viernes es el día de la Virgen y la fiesta comenzará a las diez y media de la mañana con dianas y pasacalles animados por la banda de música y los gaiteros de Elciego. A las doce y cuarto será el traslado procesional de la Virgen de la Plaza acompañada por las autoridades, la banda de música, los gaiteros y los danzadores hasta la parroquia y una vez finalizada la misa se regresará a la ermita donde se podrá disfrutar de la danza a la patrona, algo que solo se ve en este día durante todo el año.

Otras localidades Elciego no es la única localidad en estar de fiesta. Lantziego hizo descender al astronauta el pasado miércoles dando comienzo a las fiestas de Gracias. Kripan lo hizo ayer y hoy es su día grande. Y el burro de Samanigo también preside las fiestas, aunque en esta jornada todos se desplazarán a la ermita para pasar la mañana al aire libre y celebrar una comida popular.