vitoria - La última inspección realizada en la central nuclear de Garoña ha descubierto el rastro de un antiguo vertido de cesio radiactivo junto al almacén temporal de bidones y residuos de la central que “no se detectó en su momento o no se descontaminó adecuadamente”.
La contaminación fue hallada el pasado 20 de junio, durante una inspección rutinaria, debajo de tres contenedores de hormigón que no se habían movido desde 2009, según refleja el último acta de la reunión plenaria del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), publicada el pasado lunes en su página web.
La contaminación de cesio-137 afectaba a unos dos metros cuadrados de suelo y durante su retirada se sacaron del área dos bidones de tierra, según se explica en el acta, donde también se afirma que “aparentemente se trata del rastro dejado de un derrame producido hace muchos años del que no queda constancia documental”. El diputado de Unidos-Podemos por Álava, Juan López de Uralde, destacó ayer que el cesio es un elemento radiactivo “muy peligroso” y del que hay que tener cuidado, aunque el CSN alegó en su momento, que “el material radiactivo encontrado estaba confinado y sin ningún tipo de salida al exterior”.
Ante esta situación, en junio la formación ecologista Equo presentó una pregunta parlamentaria al Gobierno central para saber si tenía conocimiento de este suceso debido a que, al parecer, no había sido notificado al consejo regulador. Según Uralde, el CSN contestó públicamente con una nota asegurando que lo tenía todo “bajo control” cuando, a su juicio, el tema estaba bastante oculto. Esto, insiste Uralde, pone de manifiesto la situación de “abandono y dejadez” que rodea a Garoña y que, una vez decidido el cierre de la central, la situación puede revertir en una relajación de las políticas de seguridad. Desde Equo recuerdan que Garoña alberga elementos radiactivos, por lo que mientras no se lleve a cabo el desmantelamiento “hay que estar alerta y garantizar que se cumplan todas las medidas de seguridad”. - E.P.