La conservación y mantenimiento del palacio Álava-Esquível sigue enfrentando a Vitoria con su propietario, el municipio marroquí de Tánger, ante los reiterados incumplimientos de sus obligaciones como dueño del inmueble. El último episodio es el evidente deterioro en el estado de la red y malla protectora que envuelve la fachada del edificio y protege a los viandantes de posibles caídas de elementos. Se ha ordenado al Consejo Municipal de Tánger para que proceda a “reparar y reponer la malla y la red a su estado original”, antes del próximo 11 de septiembre como fecha tope para realizar esos trabajos.

Esa es la decisión adoptada por el servicio municipal de Arquitectura, después de girar una visita al histórico edificio, el pasado 8 de agosto, y constatar la rotura de la red que protege las fachadas. La inspección ocular llevada a cabo por una arquitecto municipal detectó un deficiente estado de la misma “desprendida en algunos puntos y que deja al descubierto ciertas zonas ante el riesgo de caída de elementos de las fachadas”, orientadas a las calles Herrería, Zapatería y el jardín interior de acceso restringido a los vecinos.

La misiva enviada a la ciudad africana, con fecha 11 de agosto, concreta el plazo de “un mes” para que se realicen esas labores. En caso de comprobar que, pasado ese tiempo, no se ha acometido ese mandato, el Ayuntamiento de Vitoria puede afrontar la “ejecución subsidiaria” de las obras para su arreglo, al tiempo que puede proceder también a la “imposición de hasta diez multas coercitivas, cada una de ellas por un total del 10% del coste estimado de las obras”, según refleja el escrito.

El Consistorio gasteiztarra ha acometido en los últimos meses las tareas encaminadas a redactar un proyecto de obra para solventar las problemas de mantenimiento del edificio, ante la dejadez percibida desde Tánger. Es previsible que a lo largo del otoño se acometa la licitación de las tareas para designar un encargado de ejecutarlas.