- Como consecuencia del diálogo mantenido entre la plataforma No al embalse de Barrón y otros colectivos con la Diputación Foral de Álava se están ultimando los detalles de las jornadas participativas que todos se comprometieron a llevar a cabo, y recoger de esa manera las diversas opiniones y sensibilidades que existen sobre el pantano de Barrón, así como con el resto de la planificación del regadío en los Valles Alaveses.
Para organizar y coordinar esa actuación desde la independencia, un equipo de investigadoras de la Fundación nueva cultura del agua, por encargo de la Diputación está realizando un proceso participativo para conocer qué modelo de desarrollo es deseable para el territorio de Valles Alaveses desde la perspectiva de sus habitantes, y qué papel juega en esta visión de futuro el proyecto de modernización y mejora del regadío de Valles Alaveses que impulsa la Diputación, según avanza a DNA la coordinadora de esta actividad, Nuria Hernández Mora, de la fundación. De acuerdo con sus explicaciones, “hemos mantenido entrevistas y reuniones con representantes de los principales intereses y sectores económicos del territorio: el sector agrario y ganadero, el turístico y hostelero; la plataforma de Barron y alcaldes de algunos de los municipios afectados, y en las próximas semanas distribuiremos una encuesta para llegar a otros sectores más amplios de la comarca”.
Uno de los momentos clave de esta iniciativa es el que se llevará a cabo el día 22 de septiembre, cuando “celebraremos en el centro social de Espejo una jornada-taller abierta al público donde se presentarán algunos resultados preliminares de este diagnóstico social, así como unos primeros resultados de otro trabajo que está realizando un equipo interdisciplinar de investigadores, también vinculados a la FNCA, valorando desde una perspectiva técnica (socioeconómica, hidrológica y ambiental) el proyecto de modernización de regadíos”.
Este taller, que comenzara a las cuatro de la tarde y se prolongará hasta las siete y media, tendrá un triple objetivo: por un lado, presentar los resultados preliminares del diagnóstico social y técnico; por otro lado, validar dicho diagnóstico, es decir, corroborar con los participantes los resultados, identificar errores o lagunas, e identificar temas que sean importantes y no hayan sido tratados, y, en tercer lugar, hacer una primera lluvia de ideas sobre las posibles medidas que son necesarias para alcanzar la visión de futuro que colectivamente identifica la gente del territorio, explica.
A este encuentro le seguirá otro, ya que en octubre se celebrará un segundo taller al que se invitará a los representantes de todos los sectores e intereses, para trabajar más en profundidad las distintas medidas y alternativas que se han identificado a lo largo del proceso. Todas estas actividades se están siguiendo detalladamente desde el departamento de Agricultura de la Diputación, aunque la labor de campo se ejecuta con libertad e independencia. En ese sentido, Nuria Hernández recalca que “nuestro objetivo es obtener una visión lo más plural posible de la visión, valga la redundancia, que la población de Valles tiene de su territorio, e identificar una visión compartida de futuro. Y a partir de ahí, los principales retos que impiden lograr esa visión, las oportunidades y las medidas que serían necesarias para alcanzar”.
La Fundación nueva cultura del agua está formada por un grupo de personas de España y Portugal que promueve un cambio en la política de gestión de aguas para conseguir actuaciones más racionales y sostenibles. Son profesionales procedentes de diferentes ámbitos (académico, empresarial, cultural, social?) que, a través del conocimiento científico y con sensibilidad social, defienden precisamente eso, una nueva cultura del agua.
Según sus estatutos, la misión de la fundación es recoger, integrar, generar y transmitir conocimiento y valores humanos para promover la adopción de la nueva cultura del agua, entendida ésta como un cambio de paradigma hacia la sostenibilidad ambiental, económica, social y cultural, orientado a una consideración ecosistémica y patrimonial del agua. Esto se realizará mediante la participación activa en la sociedad y el impulso en los ámbitos de decisión de alternativas coherentes con la nueva cultura del agua.
El proyecto de mejora y modernización del regadío de la zona regable de Valles es una iniciativa para la puesta en regadío de 5.649 hectáreas en las zonas 1, 2, 3, 5, 6 y 7 de los Valles en los términos municipales de Armiñón, Lantarón, Ribera Alta, Ribera Baja, Añana y Valdegovía.
En el documento de trabajo se establecen nuevas captaciones de Quejo, Nograro y Barrio y las conducciones hasta el embalse de Barrón con capacidad para 120 litros por segundo, 180 y 85, respectivamente, que captarían del orden del 60% de la aportación anual, deducido el caudal ecológico. Asimismo, figura la captación en Osma, acondicionando el azud (que es un muro grueso, generalmente más pequeño que una presa, construido en un río para reconducir el agua hacia un canal o acequia- existente en el río Tumecillo o Húmedo, al sur de la localidad de Osma, con un caudal de 500 litros por segundo hasta el embalse de Barrón.
Como zonas de almacenamiento de agua aparecen el embalse de Barrón de 4,3 hectómetros cúbicos de embalse útil. Se abastecerá de las cuatro captaciones y del sobrante de El Molino y suministrará agua a las balsas de La Aloya y Villaluenga y a su propia zona regable. La balsa de Los Castros (de 0,268 hm³ de capacidad útil) suministraría agua a la zona 7, y se abastecerá con los sobrantes del embalse de El Molino por gravedad. La balsa de La Aloya (0,994 hm³ de volumen útil), suministrará agua a las parcelas dominadas por ella, y se abastecerá desde Barrón por gravedad. Y la balsa de Villaluenga (0,189 hm³) suministrará a las parcelas dominadas por ella, y se abastecerá como la anterior.