Laguardia - Tras años de pulsos de fuerza, de injerencias políticas desde el Gobierno de La Rioja, de abandonos a los plenos por parte del Gobierno Vasco ante la falta de información, de renuncias de bodegas a seguir en la Denominación de Origen Calificada (DOC) Rioja y de apuestas por alternativas como la DOP Viñedos de Álava, el Rioja se levantó ayer por la mañana con ganas de cambiar de pie e iniciar un nuevo rumbo de diálogo para dar cabida a todas las sensibilidades.
Fue el presidente del Consejo Regulador, Fernando Salamero, quien desveló en la rueda de prensa posterior a un pleno extraordinario de la entidad el importante paquete de reformas y decisiones que se había tomado por parte de los vocales del Consejo Regulador y que daban satisfacción a la mayoría de las demandas que se habían realizado, no solo desde Rioja Alavesa, sino también desde las bodegas de Rioja Alta y Rioja Baja.
En su intervención ante los medios de comunicación, Salamero confirmó que “el buque insignia de los vinos de calidad españoles culmina una estrategia que tiene como objetivo satisfacer las inquietudes de los operadores, líderes de opinión y consumidores finales que demandan una mayor información. El debate ha sido arduo y extenso, pero la importancia del proyecto así lo exigía”.
En síntesis, el pleno del Consejo Regulador aprobó la puesta al día de la regulación de las indicaciones de zona, una transformación en la que siempre ha insistido el viceconsejero, Bittor Oroz, a quien el término de subzonas no le encajaba de ninguna manera en la regulación de los vinos de municipio o pueblo, con el objetivo de darles mayor visibilidad. Se satisfacen así igualmente las inquietudes de los operadores, líderes de opinión y consumidores finales, que demandan una mayor información sobre la gran diversidad de vinos que actualmente ofrece al mercado la DOC Rioja mediante su identificación en el etiquetado. Dichas indicaciones geográficas complementarán su tradicional y exitosa gama de vinos elaborados mediante ensamblaje de distintas procedencias.
Salamero también destacó que tras regularse un procedimiento de trazabilidad en 1998 que permitía que los nombres de los municipios o Rioja Alta, Rioja Alavesa o Rioja Baja aparecieran en el etiquetado, el Consejo ha dado un paso más contemplando situaciones en las que los elaboradores cultivan viñedos en localizaciones limítrofes, de manera que se permitirá la incorporación de hasta un 15% del volumen de uva en estas condiciones. El requisito será una vinculación prolongada del viñedo, que obedecerá a un proyecto permanente y evitará especulaciones. Este margen de tolerancia se enmarca en las posibilidades que ofrece la normativa comunitaria.
Junto a esa reforma, otra de las novedades es el aumento de tamaño de las letras, de la tipografía, para la representación de los pueblos o de las ahora denominadas zonas. Hasta ahora el tamaño de estas indicaciones se limitaba como máximo a dos tercios del que tenía el de Rioja. Desde ahora se podrán representar en igualdad de condiciones, con el único requisito de que no destaquen más que el nombre de la Denominación de Origen Calificada.
Este detalle fue el principio de la etapa más amarga vivida en el Consejo Regulador, ya que la petición que realizaron en su día ABRA y UAGA fue retrasada deliberadamente en su debate por el pleno y finalmente rechazada. A partir de ese momento -aunque no exclusivamente por ello-, se desencadenaron la marcha de Artadi de la Denominación y la apuesta de unos 40 bodegueros de Rioja Alavesa asociados a ABRA para poner en marcha la Denominación de Origen Protegida (DOP) Viñedos de Álava. Asimismo, desde el Gobierno Vasco, se comenzó a hablar públicamente de las posibilidades de crear una Denominación de Origen propia de Rioja Alavesa.
Con el fin de pilotar la implementación de estos cambios de zona y de municipio y lograr el adecuado desarrollo de los mismos, existe una apuesta por la promoción de estas indicaciones y se ha recuperado la constitución de una comisión para entender de la materia, que presidirá un alavés, Ramón Emilio Muro Aguirrebeña, representante de las cooperativas del territorio foral, concretamente de DOLARE, de Lapuebla de Labarca.
Junto a esta cantidad de cambios, también se ha planteado que la zona de Rioja Baja pase a llamarse Rioja Oriental, para lo cual se explorará en los próximos meses su viabilidad legal y comercial. De esta manera, Rioja sigue enriqueciendo su actual abanico de categorías e identificaciones dentro del proceso de mejora continua en el que está inmersa, buscando siempre reforzar su posicionamiento como una de las regiones referente del segmento de vinos de calidad en el mercado mundial. Esta ordenación de la actual oferta de vinos establece unos requisitos que permiten garantizar la calidad del producto y la veracidad de las indicaciones del etiquetado.
Fernando Salamero, tras contar todas estas novedades, recordó que el primer cambio realizado en la Denominación de Origen calificada fue la revisión de las definiciones de sus categorías tradicionales de Reserva y Gran Reserva, con la determinación de un período mínimo de permanencia en botella en la primera, obligatorio desde el 1 de enero de 2019, y la flexibilización de uno de los años de envejecimiento en botella en la segunda, junto con la posibilidad de elaborar vinos monovarietales blancos a partir de cualquiera de las variedades autorizadas. Le siguieron la aprobación de la nueva indicación para vinos procedentes de viñedos singulares, así como la regulación de la elaboración de vinos espumosos de calidad, que ahora se han completado con los vinos de municipio y de zona.
A la vista de este cambio de rumbo en el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja, la vocal de ABRA (Asociación de Bodegas de Rioja Alavesa), Inés Baigorri, puso de manifiesto que la organización riojanoalavesa paralizará durante dos años su solicitud para el reconocimiento de una DOP denominada Viñedos de Álava.
“acuerdo histórico” En un comunicado repartido nada más finalizar la reunión del pleno, ABRA afirmó que el Consejo había “llegado a un acuerdo histórico. Se han aprobado para su implantación a partir de la cosecha 2017 nuevas categorizaciones para los vinos, incorporando los vinos de zona y villa (municipio)”.
Tras recordar que, durante años, ABRA ha defendido en el seno del Consejo Regulador de Rioja la mejora e incorporación de nuevas categorías acordes a los tiempos y que los actuales mercados demandan y entienden, destacaba que las zonificaciones son una información clara del origen primigenio del producto que garantizan al consumidor mayor exclusividad. Así, a través del nuevo acuerdo, el origen de los vinos de Rioja Alavesa y sus pueblos tendrán una visibilidad para ser elegidos y valorados con base en la singularidad de su procedencia.
Por esta razón la organización bodeguera de Rioja Alavesa anunciaba que realizará el seguimiento adecuado para que estas nuevas categorías no queden en una mera firma y se materialicen provechosas para el viñedo alavés.