Vitoria - Detrás del objetivo de una cámara de fotos, la vida se ve de otra manera. Sin apenas ser conscientes de lo que ocurre, la capital alavesa y sus fiestas se metamorfosean a ritmo desenfrenado y a casi la misma velocidad que lo hace la misma sociedad. Ayer, la plaza de la Virgen Blanca experimentó en carnes propias uno de los cambios más evidentes con la prohibición de introducir en la bajada bebidas en botellas de vidrio.
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