Vitoria - Esta noche a las 22.30 horas y mañana, con dos funciones a 20.00 y a las 22.30 horas, Lolita Flores y Luis Mottola como Claudia y Valentín regalarán 90 minutos de sentimientos no comprendidos, deseo frustrado, insinuaciones, ese miedo a que se pase el arroz y mucha comedia con la obra Prefiero que seamos amigos.
¿Qué recuerdo guarda de cuando ha actuado en Vitoria?
-No recuerdo bien si estuve el año pasado o el anterior haciendo La plaza del diamante o Asamblea de mujeres, alguna de las dos porque como llevo tiempo con las tres obras a la vez... Me gustó mucho, además he ido muchísimas veces a trabajar. No sólo a hacer teatro, sino a cantar también.
‘Prefiero que seamos amigos’ se estrenó directamente en Madrid, sin una gira previa...
-Se estrenó en Madrid, en La Latina, estuvimos dos meses. Luego me tuve que ir a Argentina a hacer La plaza del diamante y ahora volvemos con esta obra. Empezamos la gira aquí en Vitoria. Pero bueno estoy acostumbrada, tarde o temprano hay que ir a Madrid, teníamos mes y medio de ensayos, llevábamos muy bien el texto y la gente lo agradece mucho. Se ríe muchísimo y ha terminado de pie muchos días. Es una comedia romántica muy divertida.
¿Alguna vez le han dicho esto de prefiero que seamos amigos, como dice la obra?
-Sí, sí... a todos (risas). Ninguno nos hemos salvado de esa frasecita yo creo.
Sobre su personaje...
- Mi personaje es Claudia, una mujer de hoy en día que tiene una floristería. Tiene un amigo Valentín que es Luis Mottola y un día después de cinco años decide que está enamorada. Entonces empiezan a pasar una serie de cosas y a enterarnos de otras muchas que no sabíamos. Me siento identificada con ella en que tenemos la misma edad y en su carácter temperamental, directa y clara.
¿Entonces, diría que tiene algo de usted?
- Todo. Mi cuerpo, mi cara, mis manos, mis ojos y mi voz. Cuando te metes dentro de una mujer, en un personaje, le pones tu alma y tu corazón, le añades todo. Luego te tienes que ceñir a cómo es Claudia, y ella es ella y yo soy yo.
Comparte escenario con Luis Mottola con quién ya había trabajado, ¿cómo es su relación?
-Hemos hecho un corto, se llama Carne y saldrá en septiembre. Aparte yo le conocía desde hacía tiempo. También fue coach mío cuando pasé de La plaza del diamante a Asamblea de mujeres. Lo conozco desde el Internado cuando trabajaba con mi hija, Elena Furiase. Somos muy buenos amigos y Luis es muy buen compañero.
Cantante, actriz, escritora, presentadora... ¿De todas esas facetas con cuál se queda?
-Me quedaría con todas. Simplemente son épocas que te dedicas a una cosa más que a otra. De momento estoy más dedicada al teatro, porque me han venido así las cosas. Muchas veces el destino te marca lo que tienes que hacer y bueno en este caso, termino una obra y empiezo otra. Terminé La plaza del diamante y empecé Asamblea de mujeres; terminé Asamblea de mujeres y empecé Prefiero que seamos amigos. El destino te marca un poco. Pero bueno, me quedo con todas, no podría decidirme por una. Por ejemplo, en septiembre vuelvo a Tu cara me suena, tengo una película también en ciernes, así que realmente no me quedo estancada en algo. Mi profesión es un abanico muy grande de posibilidades y depende del momento en el que estás. El teatro me encanta porque es magia pura, pero te exige mucha responsabilidad y mucha disciplina, sea una comedia o sea un drama y no puedes hacer otra cosa a la vez.
Dentro de comedia o drama, ¿en cuál se encuentra más cómoda?
-Me gustan los dos. La comedia es mucho más difícil que el drama, porque hacer llorar es más fácil que hacer reír, aunque la gente piense lo contrario. Según mi forma de ser, soy más de comedia, aunque el drama se me da muy bien también.
De todos lo personajes que ha interpretado en su carrera, ¿cuál es el más especial para usted?
-El de La plaza del diamante. Ha sido el más complicado, el más difícil. Es un monólogo, en el que estoy sentada sola en un banco. Requiere muchísima preparación y es complicado. El teatro es lo que tiene, que es disciplina y continuidad.