VITORIA - La plaza de la Virgen Blanca fue ayer de nuevo el altavoz en el que la sociedad vitoriana y alavesa volvió a reclamar, por enésima vez, el cierre definitivo de la central nuclear de Garoña. En esta ocasión fue la iniciativa Araba sin Garoña la que logró reunir a unos centenares de asistentes en una soleada mañana con un astro rey que fue cogiendo fuerza a medida que avanzaba la concentración. La nueva reclamación para poner fin a la vida de la central ubicada en territorio burgalés, a 40 kilómetros de Gasteiz, llega en vísperas de una jornada importante como es el próximo 8 de agosto, fecha en la que el Gobierno de Madrid, más en concreto el Ministerio de Energía, debe decidir si baja la personas de manera definitiva o autoriza que la instalación siga abierta y pueda retomar la actividad. En esa fecha caduca el periodo de seis meses concedido para consultar con diferentes agentes y las empresas propietarias de la central para afrontar una decisión.
hora de bajar el telón El colectivo Araba sin Garoña, encabezado por Alberto Frías volvió a poner en evidencia la sensibilidad de la ciudadanía de Vitoria con este asunto. Bajo el lema Ya basta - Aski da y a menos de diez días de la decisión final, todos los concentrados mostraron su esperanza de que, en plenas fiestas de La Blanca, haya un motivo más para celebrar la clausura definitiva de central nuclear. Frías fue el encargado de poner voz al deseo de todos los presentes, señalando el “rocambolesco sistema de alegaciones”, se han rebasado “todos los límites”, respecto a la manera en que se ha abordado esta cuestión por parte del Ministerio de Energía y las empresas eléctrica que son las dueñas de Garoña.
Volvió a denunciar todo el “oscuro” y “largo” proceso que se ha seguido en el tema de Garoña, que, según recriminó, ha estado caracterizado por la “falta de garantías” y la “instrumentalización” de un órgano como el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), encargado de dirimir la cuestión. “Es hora de bajar el telón al esperpéntico espectáculo al que hemos asistido, entre la indignación y la vergüenza, políticamente miserable, y que solo puede tener un final, el del respeto a la voluntad popular decretando de una vez por todas su cierre definitivo”, reclamó con rotundidad. Remarcó que, de cara a esa señalada fecha del 8 de agosto, no aceptarán otra decisión que no sea el cierre definitivo de la central nuclear de Santa María de Garoña y demandó que prevalezca la voluntad mayoritaria frente a las “puertas giratorias”.
En sus declaraciones Frías aludió a la postura del ejecutivo de Mariano Rajoy que se ha quedado solo a la hora de defender la reapertura de la planta y señaló que la cuestión de la central y su continuidad es ya un “problema de democracia”.
También recordó la cabeza visible de Araba sin Garoña la posición contraria de la mayoría de partidos, y censuró su “inacción” por no haber conseguido aprobar una proposición de ley para lograr el cierre definitivo, y apuntó directamente al PNV por no haber negociado “los presupuestos con el PP condicionándolos al cierre de Garoña” como se “comprometieron”, remarcó con indignación. “Aquí hay muchas responsabilidades”, señaló Frías, quien aseguró que si el Ejecutivo finalmente, “en un caso impensable” da luz verde a la reapertura existen “mecanismos para que eso no se lleve adelante”, esbozó como otra vía de acción.
Señaló al claro posicionamiento de la ciudadanía vitoriana y alavesa al recordar la manifestación que el pasado marzo recorrió las calles de la capital alavesa pidiendo el cierre de Garoña. “El 18 de marzo más de 20.000 personas llenamos la ciudad en la mayor manifestación de este siglo contra cualquier central nuclear en el mundo”, recordó.
Mientras llega la decisión esta semana se ha evidenciado una vez más las diferentes posiciones de las empresas propietarias. Endesa aboga por su continuidad hasta el año 2040, mientras Iberdrola no es partidaria de continuar con la instalación abierta durante más tiempo.