vitoria - Aunque en dos semanas el Ministerio de Energía se pronunciará sobre el futuro de Garoña, el diputado general de Álava, Ramiro González, reiteró ayer su optimismo respecto al apagón definitivo de la central burgalesa del Valle de Tobalina. “Yo creo, personalmente, que no va a haber reapertura, pero más que por la posición que mantenga el Gobierno español, es por las dificultades que se han ido acumulando, lo que ha hecho que ya haya una de las empresas propietarias de la central que no quiera abordar el proceso (Iberdrola) y que la otra (Endesa) también tenga dudas respecto al plazo y costes”, valoró ayer González en la rueda de prensa.

Por estos motivos, a juicio del diputado general, “el escenario de reapertura es cada vez más lejano y con mayores dificultades, con independencia de lo que se acuerde en Madrid”. Respecto a este último encuentro, González también quiso recordar que en la reunión mantenida con el ministro de Energía, Álvaro Nadal, el pasado junio, éste no le había dado pistas respecto al posible cierre de Santa María de Garoña, ya que solamente le habría trasladado “que iba a esperar a tener el expediente con todos los datos para tomar una decisión en agosto respecto a la reapertura”.

El diputado general de Álava el primer día de esta semana calificó de “barbaridad” que la Junta de Castilla y León reclamara la continuidad de la nuclear hasta el año 2031, pese a los numerosos “obstáculos y problemas” que acarrearía. González se refería así a las alegaciones que la entidad foral ha presentado en el marco de la consulta pública abierta por el Ministerio de Energía antes de tomar una decisión sobre el futuro de la planta. Según indicó, la pasada semana Álava envío las razones “jurídicas, técnicas y políticas”, por las que consideran que no debe abrirse la central.

González también censuró “la falta de transparencia” del proceso por no respetar la normativa europea en cuanto a garantías y precisó que el apagón no afectaría “nada al mix energético del Estado”, y sí, en cambio, “a un millón y medio de personas que viven en su radio de acción”.

Precisamente, esta misma línea es la que comparte Navarra, que ayer pidió el desmantelamiento “sin demora” de Garoña, mediante la aprobación, por parte de su ejecutivo foral, de dicha petición argumentando que en sus 40 años de actividad “ha sufrido serios problemas estructurales que han devenido en diferentes accidentes” y recordaba que su reactor es gemelo al de Fukushima (Japón).

Dicha solicitud figura en el escrito de alegaciones que ha tenido la luz verde por parte del Gobierno de Navarra para su presentación en la fase de audiencia relacionada con la tramitación de la renovación de la autorización de la explotación de la central, comunicada el pasado 12 de julio en un escrito remitido por el subdirector de Energía Nuclear en el que anunciaba la apertura del plazo para que los interesados presentasen las alegaciones pertinentes.

Endesa, a la espera Mientras tanto, Endesa esperará a la decisión que desde Madrid se adopte en agosto, ya que las eléctricas propietarias de Garoña no se ponen de acuerdo. Un ejemplo claro es que la sociedad Nuclenor, de la que Endesa es socio junto a Iberdrola, apostó por no hacer alegaciones en ese plazo abierto por el Ministerio de Energía. Y, sin embargo, Endesa lo lamenta, tras haber “fallado” al alcanzar una posición común con Iberdrola, como así lo manifestó ayer su consejero delegado, José Bogas, en una conferencia con analistas para presentar los resultados del primer semestre. En este sentido, Bogas, defiende que Endesa siempre ha sido “coherente” respecto al futuro de Garoña y considerar que ésta debe de estar presente en el mix energético español, hasta 2040, ya que es “esencial” y prescindir de ellas supondría introducir una gran “volatilidad”.