Vitoria - El Plan de Movilidad Sostenible y Espacio Público de la ciudad cumple su primera década de existencia desde que empezó su aplicación. A lo largo de estos años se ha constatado la “recuperación de espacios por parte del peatón”, ensalza el concejal de Espacio Público, Iñaki Prusilla, al tiempo que resalta dos medidas plenamente conseguidas como han sido “invertir la tendencia al incremento en el uso del coche y potenciar las formas de movilidad sostenible con un mayor peso del transporte público, los peatones y las bicicletas”, significa. Un repaso a los datos corrobora esta opinión con el incremento en el modo de caminar desde el 49,9% hasta el 54,4% y la más perceptible y evidente presencia de la bicicleta que supone ya el 12,3% de los desplazamientos dentro del casco urbano.

En ese apartado se han llevado a cabo actuaciones sencillas como el establecimiento del criterio general de que los carriles para la circulación sean de una anchura de 2,5 metros o la actualización del sistema semafórico en 230 intersecciones. “Se ha dado prioridad al transporte público, se ha reducido el tiempo de espera y el número de paradas en las intersecciones, además de reducir el tiempo de fase verde no utilizada”, concreta Prusilla. Dentro de ese hito hacia una nueva y diferente movilidad, el 30 de octubre de 2009, se dio un vuelco al transporte público con los nuevos recorridos de las líneas de Tuvisa y la creación de varias más especiales. Se buscó con ello crear una red de transporte público que integrara el tranvía “más fácil de interpretar y cuenta con más líneas directas, mayor velocidad comercial, mayor frecuencia de paso y que con un único transbordo permitiera conectar cualquier punto de la ciudad con otro”, desgrana el responsable de Espacio Público. El avance ha sido también importante en cuestiones como las campañas de educación, participación y sensibilización que se vienen ejecutando de una manera constante. “Se ha llegado a más de 2.100 escolares a través de cursos y talleres específicos de movilidad activa”, apostilla. Además el 100% de la población escolar de enseñanza obligatoria recibe formación relacionada con la movilidad. De cara al futuro se hace necesario, en este campo, adecuar la oferta de educación vial ofertada desde Seguridad Ciudadana en coherencia con las determinaciones del Pacto Ciudadano por la movilidad.

Otra de las actuaciones en las que se han centrado los esfuerzos ha sido adecuar la normativa ciclista a los objetivos de movilidad que planteaba el plan. “Se ha actualizado la ordenanza para adaptarla al nuevo escenario de movilidad”, remarca Prusilla. Sin embargo no se han evitado las “fricciones” entre ciclistas peatones y conductores. Se hace necesario un acomodo normativo en un marco de incertidumbre respecto a las revisiones pendientes del Reglamento General de Circulación y el de vehículos.

Esta visión aportada desde el departamento municipal encargado del asunto, contrasta con la visión de un colectivo como Bizikleteroak que trabaja también por la implantación de la bicicleta como medio de transporte en la ciudad y verdadera alternativa al uso del vehículo privado. “Uno de los objetivos contemplados era la reducción en la utilización del coche en la ciudad, y eso no se ha logrado”, enfatiza Diana Paniagua en conversación con DNA. De entre el listado de acciones que se han llevado a cabo ensalza Paniagua “el cambio de las líneas de autobús de Tuvisa en el año 2009”. Después de esa gran revolución llegaron otros años en los que “hubo medidas, por ejemplo, para hacer más fluido el tráfico en puntos como la rotonda de América Latina que supusieron una gran inversión de dinero”, lamenta.

TAREAS DE FUTURO El plan, a lo largo de esta década, se ha caracterizado por contemplar también una “ambiciosa” batería de medidas a implantar con otros dos objetivos prioritarios esenciales. Ambos pasaban por la “creación de redes funcionales para peatones y ciclistas o la liberación de espacio público del tráfico” para recuperar un entorno urbano de calidad que se “encuentran en fase de realización”, analiza el concejal Iñaki Prusilla. Sin embargo, las buenas intenciones iniciales se han topado durante estos años con un elemento como el empeoramiento en la situación económica que ha lastrado una normal ejecución. “Se trataba de un plan ambicioso en las acciones, con obras integrales en las calles. Sin embargo, se redactó en otro tiempo diferente en el que no se sabía cómo iba a afectar la crisis”, lamenta Prusilla.

Es en este punto donde se evidencian las diferentes opiniones entre los agentes que han participado en la puesta en marcha de las medidas. “Se aferran a la crisis y la falta de dinero como circunstancia que ha impedido llevarlo a cabo, pero nosotros decimos que es por falta de voluntad entre todos los partidos políticos”, enfatiza con rotundidad Diana Paniagua. Ante este argumento recuerda el responsable de Espacio Público el “salto tremendo y cuantitativo de las cifras de la bicicleta”, como mejor señal de las medidas que se han llevado a cabo y el éxito que han tenido hasta suponer ese 12,3% de los desplazamientos.

En el último elkargune de Movilidad Sostenible se procedió a la revisión de medidas del plan concretando tanto las implantadas como las que restan por ejecutar. En este capítulo se evidenciaron las lagunas que aún debe llenar Vitoria para avanzar hacia la verdadera movilidad y completar las actuaciones pendientes. El colectivo de Bizikleteroak lamenta que sólo se hayan puesto en marcha 19 de las 77 supermanzanas previstas y recuerdan cómo por el interior de las mismas “no debe pasar el tráfico por las calles internas en un espacio donde el peatón es el rey”, asevera Paniagua. Por el contrario Prusilla apunta a los efectos y “consecuencias de la crisis” para haber alcanzado una cifra tan baja, aunque en este apartado concreto recuerda el edil que estos singulares espacios “no suponen la peatonalización en exclusiva y se reservan para el tránsito de vecinos o servicios con una velocidad entre los diez y 20 kilómetros por hora”, refleja Prusilla. Otra consecuencia directa ha sido no haber materializado un eje básico para la circulación entre la Avenida de Gasteiz y Los Herrán, aprovechando el trazado actual del ferrocarril en caso de haberse llevado a cabo el soterramiento.

Las supermanzanas. Se ha actuado únicamente en 19 de las 77 previstas. La costosa rehabilitación integral del espacio público que conlleva y la resolución de cuestiones de logísticas urbana o el aparcamiento condicionan su avance en este capítulo.

Red de vías ciclistas. No se ha completado una red principal. La insuficiencia presupuestaria para ejecutar varios tramos o las limitaciones de sección de algunas calles no hacen posible integrar vías ciclistas segregadas.

El concejal encargado de la movilidad sostenible se muestra abierto a “revisar y adecuar” el plan para “aprender de los errores” y comprobar si “las tareas pendientes se pueden realizar”.

La portavoz del colectivo que agrupa a los partidarios de la bicicleta, Diana Paniagua, muestra su versión más crítica respecto a las medidas plasmadas y las que aún faltan por llevarse a cabo ante la “falta de voluntad de todos los partidos”, lamenta.

3%

Reducción plazas aparcamiento. La creación de las supermanzanas suprimiría aparcamiento en superficie. Sin embargo, de las 27.842 plazas en el centro de Vitoria en 2007 aún existían 26.945 en 2016. Sólo un descenso del 3% para eliminar 897 plazas.