tenerife - Con cinco millones de visitantes al año, Tenerife ofrece tantas posibilidades como ganas tengan los turistas de adentrarse en los múltiples recovecos de la isla, que más allá del turismo de sol y playa reposiciona su oferta desde hace años poniendo en valor su naturaleza idílica, con el parque nacional del Teide como epicentro para los amantes de unas vacaciones más activas.

Entre los visitantes que la volcánica isla está recibiendo este año figuran, por primera vez con conexión directa desde Vitoria, miles de alaveses que durante todo el año van a poder volar de su aeropuerto de la mano del enlace con el que Ryanair une la terminal vitoriana de Foronda y el aeropuerto de Tenerife Sur, con aviones que parten cada miércoles y sábado.

Los nuevos vuelos entre Álava y Tenerife, que se pusieron en marcha a finales de marzo, han sumado sólo en los tres últimos meses más de 8.300 pasajeros, por lo que la compañía irlandesa ha decidido mantener también los enlaces para la temporada de invierno, a pesar de que su previsión inicial tenía finales de septiembre como punto final.

Con un aumento de casi el 8% de turistas el pasado año -el 36% de las personas que recibe Tenerife son británicas, seguidas de un 20% de españoles-, es la zona sur de la isla la que acapara la mayoría de visitantes (4,3 millones el pasado año), atraídos por sus playas, sus grandes y lujosos hoteles y su oferta de ocio, con espacios como Loro Parque y el parque acuático Siam Park que acaparan multitudes a diario. Pero Tenerife tiene mucho más que ofrecer.

En el sur, en Costa Adeje, apenas a unos kilómetros desde la terminal en la que el avión llegado de Vitoria toma tierra, la isla esconde una oferta accesible para todos los públicos y disfrutable como pocas: navegar entre cetáceos. Las aguas del sur, a apenas tres millas de la costa -algo menos de cinco kilómetros- son uno de los mejores lugares del mundo para el avistamiento de delfines mulares, con una colonia estable, y cerca de 250 calderones tropicales que recorren el océano habitualmente a su alrededor.

Varias embarcaciones parten cada de día de los puertos del sur para ofrecer excursiones con las que conocer a estos mamíferos en su entorno natural, por lo que la oferta es amplia, pero no todos denotan el mimo y cuidado especial por estos animales acuáticos como el canario Salva y su compañero Hans, que a bordo de su velero reciben al visitante con los brazos abiertos e, importante en este caso, la bandera azul -que, por cierto, en realidad es amarilla- que otorga la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias a las embarcaciones autorizadas para esta actividad de avistamiento de cetáceos.

No todas las embarcaciones cuentan con autorización, y eso se nota a la hora de aproximarse a los animales. Con Roulette Charters, la empresa con la que esta familia canaria suma años y años mostrando a los turistas los secretos de la costa tinerfeña partiendo desde Puerto Colón, Salva y Hans acompañan y guían el timón para buscar los delfines, molares y moteados -más escurridizos estos últimos-, con amplias y didácticas explicaciones y respetando a los animales en su hábitat natural, que tal vez conscientes de ello no tienen reparos en buscar comida entre los bancos de peces de la zona mientras el velero se aproxima, motores apagados, a una distancia adecuada que, efectivamente, no todos las embarcaciones respetan.

Culminado en el sur el avistamiento de cetáceos, el parque nacional del Teide aguarda al visitante dispuesto a calzarse las zapatillas para recorrer algunas de las rutas que se adentran en este paraje forjado a fuego bajo las entrañas de sus 3.718 metros. Con más de 1.500 kilómetros de senderos, Tenerife dispone de al menos 83 rutas prefijadas y autorizadas por toda la isla. Distintas empresas especializadas, con guías oficiales -importante para acometer según qué rutas con garantías- ofrecen itinerarios con los que empaparse de un paisaje único mientras se disfruta del deporte.

Empresas como Tenerife Adventure, creada por el tinerfeño Juan Miguel Delporte, aúnan conocimiento de la naturaleza propia de la isla y pasión por la aventura para conocer los mejores parajes de la isla canaria. En apenas un momento, Delporte guía a su interlocutor cual enciclopedia por todos los pequeños detalles que el parque nacional esconde para el visitante, desde su geología hasta su flora y fauna, con más de cincuenta especies endémicas de flora y fauna -una docena son de hecho exclusivas del parque- como los tajinastes rojo y azul, la retama amarilla y la violeta del Teide, la flor que crece a mayor altura de España. Entre las propuestas que el parque ofrece está subir también hasta el pico del Teide, algo que requiere un permiso especial.

El Valle de Ucanca, los Roques de García... con un 48% del territorio de la isla protegido, los entornos naturales de Tenerife, como el parque rural de Teno y el de Anaga, con su inmenso bosque de laurisilva, son perfectos también para disfrutar de un perfil de la isla que no todos los turistas conocen.

observación de estrellas Si por el día el Teide ofrece al visitante un paraje inigualable, por la noche el firmamento se abre en toda su plenitud para descubrir las estrellas. Desde hace unos años, la observación del cielo estrellado se ha convertido en una de las propuestas de más éxito en el parque, que acoge el prestigioso Instituto de Astrofísica de Canarias aunque, en realidad, el cielo tinerfeño es tan diáfano que no hace falta recurrir a sus inmensos telescopios para quedar maravillado.

Empresas locales como Discover Experience ofrecen su equipo técnico y humano para dirigir la vista del no iniciado hacia los planetas, constelaciones y galaxias que permanecen ocultas a los ojos de las grandes ciudades. Sin ir más lejos, a apenas unos metros del parador nacional del Teide, perfecto para pasar la noche en las faldas del volcán, los profesionales de la astronomía educan la mirada a los presentes para saber por qué la Osa Mayor es la Osa Mayor, por qué los doce signos del Zodiaco se dejaron un decimotercero por el camino o por qué no es necesario tener una brújula cuando uno conoce al dedillo el firmamento. Los que se animen deberán tener algo en cuenta: llevar ropa de abrigo, pues por la noche la temperatura a esa altura baja notablemente.Tres opciones diferentes, en definitiva, para disfrutar de una isla llena de contrastes en un entorno natural de dos mil kilómetros cuadrados, casi un 50% de ellos espacios protegidos, bajo un seguro de sol.