vitoria - El significado de “semilla” en euskera es con el que se ha querido bautizar al primer plan de Vitoria, Hazia 23, para atajar de raíz al desempleo juvenil que sobre todo afecta a los colectivos más desfavorecidos. Se trata de la primera vez que la capital alavesa ha puesto en marcha esta “exitosa y pionera” iniciativa, llevada a cabo desde octubre de 2016 a junio de este año, fruto del convenio entre Ayuntamiento de Vitoria, Egibide, Cáritas y las fundaciones Vital y Adsis, y que ya ha dado sus primeros frutos. Así, según los datos ofrecidos ayer en la comisión municipal de Promoción del Empleo por Juncal Yubero, educadora de la fundación Adsis, un total de 28 menores de 18 a 23 años han participado en este proyecto, que combina parte teórica y tres meses de prácticas. Y el balance es “altamente positivo”, al haber logrado un 46% de inserción laboral de esos participantes, ya que 13 de estos chavales siguen en la actualidad en el mercado laboral. En concreto, cinco ya están trabajando y a otros ocho les han ofrecido un contrato. El germen de este convenio fue un estudio previo con el fin de diagnosticar cuántas personas en la ciudad sufrían este tipo de invisibilidad. Y sus resultados, “nos dejaron inmensamente sorprendidos. Estamos hablando de que había ciento y pico de jóvenes en esa situación (sin apenas formación y experiencia laboral). Y había que dar respuesta a este problema”, detalló Yubero.
Su colectivo Adsis, en concreto, que busca la promoción integral de personas y grupos empobrecidos y excluidos, fue uno de los que mantuvo esos primeros contactos con el Consistorio gasteiztarra “para transmitirle la preocupación que teníamos al respecto”. Es así cuando arrancó esa primera prospección, que gracias a la información aportada por trabajadores sociales y Cáritas, se consiguió que se pudiera contactar con 84 de estos jóvenes sin apenas estudios. Como añadió Yubero, “de ese total, entrevistamos a 55 y, finalmente, 28 fueron los que consiguieron entrar en este proyecto”. El 53,57% de ellos era de nacionalidad española y el 46,43% de origen extranjero, y la mayoría (el 40%) sólo tenía estudios primarios, ya que únicamente un 10% poseía el título de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
El objetivo del plan es acompañar a sus participantes en “un itinerario educación, social y emocional” hacia el empleo. ¿Cómo? Proporcionado formación, tras la cual se obtiene un certificado de profesionalidad, de nivel 1. Y una vez que se complete esa parte teórica, que se combina a su vez con la enseñanza de habilidades sociales, trabajo en equipo o informática, se procede al periodo de prácticas en empresas becadas, durante tres meses como máximo.
De estos 28 alumnos, el 60% (15 personas llegaron a prácticas, aunque 14 son los que al final las acabaron de forma satisfactoria). “El jueves pasado tuvimos la oportunidad de entregar los diplomas acreditativos a empresas y alumnos participantes como reconocimiento a su proceso. Y lo más bonito fue ver cómo alumnos que antes decían que no serían capaces de completar el programa se abrazaban a las empresas”, resaltó la educadora de Adsis.
Sin embargo, todavía quedan deberes por hacer. El principal, aumentar la presencia de chicas en Hazia 23, ya que solamente ha contado con dos de ellas (7%). “Es muy difícil llegar a ellas. Socialmente, está más admitido que se queden en casa y hay familias que no muestran interés”, especifica Yubero. Otros retos son trabajar mucho más con las empresas, “al ser parte integral del proyecto”; incidir en el “proceso personal del alumnado” y mejorar la “formación de calidad”.
En cualquier caso, Hazia 23 ha germinado. “Creo que es una propuesta que no existe en otro ayuntamiento del Estado. Es un programa piloto, pero podemos seguir el año que viene”, anuncia la edil.
Industria 4.0 No obstante, en esta misma comisión de Promoción del Empleo, Irabazi alertó de la pérdida de empleo en la ciudad, tras el anuncio del alcalde, Gorka Urtaran, por apostar por la industria 4.0. “Estudios en España señalan que un 12% de los empleos actuales podría verse afectado por esta robotización”, advirtió su concejal, Óscar Fernández. Pero, como replicó la edil del ramo, Nerea Melgosa, “no se trata de destrucción, sino de transformación de empleo hacia la economía verde. Y habrá que adaptar la cualificación, pero gracias a Dios este territorio apuesta por la I+D y por la formación, entre ellas la dual”.
El programa. ‘Hazia 23’ nace del convenio entre Ayuntamiento de Vitoria, Egibide y Cáritas, más las fundaciones Vital y Adsis, con un presupuesto total de 80.000 euros. El objetivo es lograr la inserción laboral de jóvenes de 18 a 23 años con serias dificultades para integrarse en el mercado laboral por su baja cualificación académica y experiencia.
Participantes. Un total de 28 jóvenes de Vitoria han participado en esta primera edición que combina teoría y tres meses de prácticas, llevada a cabo de octubre a junio.
Cursos impartidos. Se han centrado en las ramas profesionales de operaciones auxiliares de fabricación mecánica, auxiliar de almacén, vigilante de seguridad, cocina, pintura decorativa y electricidad.
Empresas. Han participado Soldaduras Gasteiz SL, Naivan Transformados, Central de Cerámicas, Corporación Zigor SL, Fapise, Kaldea, Sidenor, Bursadi Dato 32, Logística y Gestión de Jundiz SL, Noralava Servicios SL y Equipo de Transmisión S.A.
La edil de Promoción del Empleo califica el balance de Hazia 23 de “altamente positivo”.
La representante de Adsis se ha propuesto aumentar la presencia de chicas para futuras ediciones.
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Alumnos de los 28 participantes son los que han conseguido encontrar un puesto de trabajo tras haber cursado ‘Hazia 23’.