vitoria - El titular sanitario defiende las bondades del sistema de Organizaciones Sanitarias Integradas (OSI) implantado en Álava desde enero de 2016 pese a las voces críticas y avanza los próximos pasos que se darán en Txagorritxu o Santiago, en forma de reformas, para “caminar hacia el gran hospital que la ciudadanía merece”. El siguiente gran hito, la construcción del edificio de servicios generales del centro de José Atxotegi, arrancará este mismo julio, pero los operarios tampoco han dejado de trabajar en su centenario hermano de la calle Olaguíbel. Darpón (Bilbao, 1959) también garantiza un futuro “muy importante” para el hospital de Leza.
Tras una legislatura completa, ocho meses de la segunda y numerosas obras de por medio, ¿en qué medida ha mejorado la atención que Osakidetza presta a los alaveses?
-Estamos especialmente orgullosos de que en una de las peores situaciones económica y social de las últimas décadas hayamos sido capaces de mantener el sistema sanitario público en los parámetros que siempre ha tenido: Calidad, universalidad, solidaridad y accesibilidad, tanto para las zonas rurales como para las urbanas y para la población con más y menos medios, con importantes avances en la atención en euskera a los euskaldunes. Si bien esos avances se han dado en los tres territorios, en Álava ahora mucha más gente que entra en un centro sanitario y quiere ser atendida en euskera puede hacerlo.
¿Le queda clavada alguna espina a día de hoy?
-Estamos en una sociedad en envejecimiento, en la que una de cada cinco personas tiene más de 65 años y algo más del 6% tiene más de 80. Y ese factor es mucho más claro en Álava que en el resto de territorios. Continuamente hay nuevas tecnologías para diagnosticar y tratar cosas nuevas, como en el caso de la hepatitis C, y en esas circunstancias en las que el sistema es más costoso lo estamos manteniendo con más que dignidad. Se han mejorado las infraestructuras, se ha incrementado el personal que atiende cara al público y se ha mantenido el compromiso de los profesionales, que es uno de los mayores factores de éxito de Osakidetza.
Se lo pregunto de otra manera, ¿qué le gustaría lograr que no haya hecho ya una vez finalizado este mandato?
-Me gustaría sentar las bases para una garantía de sostenibilidad del sistema sanitario y que no esté en permanente cuestión el encarecimiento de los servicios y nuestra capacidad de costearlos. Y también trabajar especialmente en el ámbito de las listas de espera. Creo que no estamos mal si nos comparamos no sólo con el Estado, sino con otros sistemas de salud de Europa de nuestras características, pero soy muy consciente de que cuando la gente tiene una enfermedad y está pendiente de una consulta o una prueba diagnóstica cualquier espera es mucha. Espero que a lo largo de la legislatura las demoras bajen y que cuando termine tengamos una situación mejor que la actual.
El último gran movimiento organizativo en Álava ha sido la creación de las OSI Araba y Errioxa. ¿Qué han traído de bueno a los pacientes?
-En una sociedad donde la enfermedad aguda ya no es el problema fundamental de la población, que cada vez es más mayor y tiene más enfermedades crónicas, la fragmentación que siempre ha caracterizado al sistema y la falta de coordinación entre sus servicios y especialistas hace evidente que no es el mejor modelo. De ahí que vayamos hacia una integración de los cuidados, a hacer realidad ese eslogan de poner al paciente en el centro del sistema. Que el sistema esté centrado en las verdaderas necesidades del paciente, lo que supone también acercar al sistema sanitario los servicios sociales, en los que Álava siempre ha sido punta de lanza. Eso es muy difícil hacerlo desde tres sitios distintos. Aunque siempre hay miedos a los cambios, los profesionales de la primaria y los de la especializada han comprendido y asumido este nuevo modelo desde el principio. Sin haber llegado a meta, hemos llegado a un alto grado de coordinación.
Sin embargo, el proceso también ha tenido sus resistencias. ¿Qué les diría a quienes aseguran que la primaria ha sido ‘fagocitada’?
-En todo este tiempo hemos tenido dos resistencias. Primero teníamos dos hospitales con culturas distintas y que estaban acostumbrados a competir entre sí, pero hoy en día todo el mundo coincide en que lo que Álava necesita es un gran hospital terciario, con un grado de especialización importante, como Donostia o Cruces. No servicios duplicados y pequeños, sino de un tamaño que permita la especialización que hoy en día tienen las técnicas. Eso es lo que se ha conseguido con la integración de Txagorritxu y Santiago, que nos ha permitido caminar hacia el gran hospital que la ciudadanía merece. Lógicamente, cambiar el modelo de organización de todos los profesionales y que pasen a trabajar juntos tiene problemas, pero creo que esta fase está superada. Y luego estaba el miedo de la atención primaria a perder el protagonismo por su integración con la especializada o a que el presupuesto se fuera a los hospitales, a ser la cenicienta. Pero esto tampoco lo discute ya nadie. De hecho, la apuesta de la atención integrada es por que la primaria vuelva a ser la protagonista y la responsable de la atención, especialmente de los crónicos y los mayores. Un ejemplo son los cuidados paliativos, que antes se hacían desde muy distintos servicios y no garantizábamos la atención de todos.
Por otra parte, un juzgado de Vitoria ha anulado las OSI al considerar que no existió un verdadero proceso negociador con los sindicatos. ¿Qué cabe esperar de esta decisión?
-Tuvimos una demanda por parte de CCOO que para nosotros fue decepcionante, porque durante el Gobierno de Patxi López se pusieron en marcha varias OSI en Gipuzkoa y CCOO no dijo nada. Le debió parecer bien. En la pasada legislatura seguimos con este proceso, creamos varias OSI más y CCOO tampoco dijo nada. Sin embargo, cuando hemos llegado a Álava y al resto de centros de Donostia, nos ha puesto esta demanda, cogiendo un poco el rábano por las hojas. Acatamos la sentencia y ahora estamos sentando las bases para seguir con el proceso. De hecho, el decreto de integración de centros de atención primaria con los hospitales y el decreto que estamos preparando para darle cobertura legal se han planteado en la mesa sectorial, como no podía ser de otra forma.
¿La sentencia está recurrida?
-La sentencia está recurrida, pero no nos preocupa tanto ese recurso como poner los medios para remediarla. El juez ha considerado que no ha habido suficiente negociación colectiva y volverá a llevarse a la mesa.
El proceso sigue entonces... y las obras también. ¿Cuándo arrancará la construcción del edificio de servicios generales de Txagorritxu?
-El derribo del edificio de rehabilitación ha finalizado, hemos adjudicado ya las obras del nuevo edificio y este mismo mes, aproximadamente dentro de dos semanas, empezaremos ya con la obra, que va a requerir una inversión muy importante. El coste de adjudicación ha sido de 40 millones de euros más IVA, a los que habría que sumar el equipamiento (10-12 más). Además, hemos llegado a un alto grado de colaboración con el Ayuntamiento de Gasteiz y el alcalde Gorka Urtaran para resolver el problema del parking, lo cual es de agradecer.
¿El edificio estará finalizado antes de acabar esta legislatura?
-El compromiso de ejecución en los pliegos es de 30 meses. Con lo cual, previsiblemente nos iremos a enero de 2020 si todo transcurre normalmente. A partir de ahí tendremos una apertura secuencial. Probablemente primero las Urgencias y la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Y después, toda la zona obstétrica, los paritorios, las salas de dilatación, la unidad neonatal y también el bloque quirúrgico, que tendrá 25 quirófanos. Estamos planteando un edificio para los próximos 20 ó 25 años. Teníamos una deuda pendiente.
¿Se puede avanzar algo más sobre cómo será el parking soterrado que se proyecta en el centro?
-Tal y como está proyectado en el plan director, en una segunda fase se adecuarán las áreas docentes de Txagorritxu y las áreas de investigación y en la parte inferior está proyectado ese parking, pero no quisiera vender la piel del oso antes de cazarlo porque nos queda un poco de trecho.
¿Está siendo difícil compaginar las obras con la atención al paciente?
-En una obra de esta envergadura las molestias son inevitables, y tengo que agradecer a los pacientes, los profesionales y la dirección del centro por su comprensión. Hemos concluido el derribo con apenas quejas. Estoy seguro de que molestias ha habido, pero todo el mundo ha puesto el ojo en el objetivo final y ha colaborado.
¿Le preocupa, con este panorama de obras por delante, que la OSI Araba sea uno de los centros de Osakidetza con mayor lista de espera?
-En un sistema sanitario tan complejo como el nuestro, tener una demora en una especialidad de un día más arriba o abajo que en otro centro es inevitable. No diría que hay más demoras en Álava que en el resto de centros. Les diría a las personas que han esperado algo más de lo que estiman adecuado, que nos disculpen. Me consta que la dirección de los centros y los responsables de los servicios trabajan todos los días para que las demoras sean las menores posibles.
Tras las últimas inauguraciones, la adecuación de Santiago al futuro parece ya más adelantada. ¿Qué queda por delante?
-La ampliación de las Urgencias acabará este mismo mes y estamos reformando también ahora mismo el área de Psiquiatría Infantil. El siguiente paso será la reforma de las unidades de hospitalización. Creceremos en camas de medicina interna, de pacientes con múltiples patologías y en la unidad de cuidados paliativos, con el objetivo de que haya menos traslados al hospital de Leza. A nadie se le escapa además que uno de los objetivos de Osakidetza es ir incrementando las habitaciones individuales para que los pacientes tengan más intimidad. El nuevo edificio de Txagorritxu las proyecta en Obstetricia, y se hará también en Santiago. Poco a poco podemos hacer más cosas desde el ámbito comunitario y la atención domiciliaria, lo que nos permitirá reducir también las pernoctaciones.
¿Y qué futuro le espera al hospital de Leza en este contexto?
-Leza se encuentra ahora en una tercera reforma, que lo convertirá en un hospital de agudos no complejos para los vecinos y vecinas de Rioja Alavesa, que contarán con el apoyo de los especialistas del HUA. Leza va a cumplir una función extraordinaria, porque se va a implicar también en el modelo de atención integrada de Rioja Alavesa. Nunca va a ser un gran hospital terciario, pero va a cumplir un papel muy importante. Tendrá una cartera básica de especialidades, como medicina interna, y mejorará sus instalaciones y sus posibilidades de hospitalización.
A la vista de este crecimiento, ¿le inquieta le cascada de jubilaciones a la que se enfrenta la red pública?
-Tenemos un porcentaje alto de profesionales mayores de 55 y 60 años, que es fruto del crecimiento del Insalud, y luego otro colectivo menor de 40, que se ha formado aquí tanto durante la carrera como en el MIR y que va a dar el relevo a la generación anterior con muchísima dignidad. Afortunadamente, las cosas suelen ir siempre a mejor en casi todos los ámbitos de la vida, y el que viene por detrás habitualmente te mejora. Habrá épocas en las que todo no cuadrará perfectamente, pero para eso estamos los gestores. Y tenemos un número de médicos en la media de la UE y mayor que en el resto de comunidades. Por otra parte, la UPV/EHU se ha comprometido a incrementar el número de plazas de estudiantes de Medicina y este gobierno ha hecho una apuesta muy importante con la convocatoria de 3.335 plazas para Osakidetza, casi 2.000 para médicos y enfermeras. Ahí está el futuro.