¿Quién no ha oído alguna vez aquello de que las personas migrantes y refugiadas colapsan la Sanidad Pública, que las personas extranjeras se llevan todas las ayudas sociales porque no quieren trabajar, pero que nos quitan el trabajo, o que aumenta la delincuencia y los casos de violencia de género porque son más machistas, e incluso que todas las personas refugiadas son terroristas?. “Se trata de rumores que promueven el racismo y la xenofobia hacia las personas refugiadas y migrantes que están hoy y aquí y con las cuales convivimos diariamente. Son parte de esta sociedad y es nuestra responsabilidad no dejarnos enredar”, explica Paloma Gutiérrez, de la Comisión de ayuda al refugiado de Euskadi (CEAR) que, junto con la Diputación Foral de Álava, ha estado llevando a cabo a lo largo del fin de semana múltiples actos de calle en diferentes municipios del territorio, con los que la ciudadanía alavesa ha visibilizado su ruptura con esta cadena de bulos y prejuicios que se propagan generando xenofobia, a la par que reivindicado la necesidad de construir convivencia con las personas refugiadas que ya están aquí y viven en nuestras ciudades y pueblos.
El programa arrancó el viernes en Montaña Alavesa, donde se pintó un mural gigante de forma colectiva con el lema “Arraia-Maeztu somos todas las personas que lo habitamos”, para seguir en Kanpezu con la obra de teatro “La zanja” en la que el grupo Caminamos para crecer representó un viaje por diferentes historias de refugiados, contadas en primera persona. De allí se pasó, ya el sábado al Valle de Ayala, donde por la mañana se visitó Llodio y por la tarde Amurrio.
agentes antirrumores En la primera parada, varios agentes antirrumores, simulando ser el televisivo Equipo A, jugaron a combatir los bulos xenófobos presentes entre la población. Así fueron desmontando mentiras en torno a la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) que “ni se puede percibir nada más llegar, porque hacen falta 3 años de empadronamiento, ni son prestaciones vitalicias para la población migrante (sólo el 6% de las personas que la cobran durante más de 5 años es extranjera). Ni el fraude supera el 0’3%. Además, sólo el 9,7% de las personas extranjeras residentes en la Comunidad Autónoma reciben la RGI, que recordamos no se trata de una ayuda, sino de un derecho”, aclararon, amparándose en datos de Lanbide e Ikuspegi, así como en el Informe de Economía Sumergida y Fraude Fiscal en Euskadi de 2016.
Tampoco se olvidaron de las personas refugiadas ni de su, cada vez más frecuente, asociación al yihadismo. “En el Estado español en 2016 se presentaron un total de 15.755, tan solo el 1’3% de las solicitudes de asilo en la Unión Europea, es decir 3 por cada 10.000 habitantes; y desde 2012, el propio Ministerio de Interior contabiliza siete personas detenidas por presunta pertenencia a la Yihad en Euskadi y se desconoce que alguna de ellas fuera solicitante de asilo. Es más, las personas refugiadas que huyen de países como Siria, Nigeria, Afganistán o Eritrea no son yihadistas, sino que huyen del yihadismo y del terror”, subrayaron.
CADENAS DE LOS RUMORES Por la tarde, y ya en Amurrio, medio centenar de vecinos de diversas asociaciones locales -tales como el grupo Scout Aisia, la Gazte Asamblada, la gran familia de Gazte Alaiak de Apdema, la asociación de acogida Laguntza, o la de amigos de la República Árabe Saharaui Democrática, por citar alguna- se encargó de enmarañar la zona peatonal de la calle Larrinaga con cuerdas de colores que simbolizaban la cadena de los rumores y que, poco a poco, fueron rompiendo con tijeras demostrando que “en Amurrio no nos dejamos enredar”. Algunas de las consignas que allí se oyeron fue que “los inmigrantes también pagamos impuestos”, que “hay más cosas que nos unen que las que nos separan”, o que las personas extranjeras “aportan más a las arcas públicas que la inversión social que se hace en ellas”. Otras llamaban a meditar: “¿Has oído alguna vez que las personas inmigrantes bajan el nivel educativo de la clase?, ¿si tu hijo o hija fuera a estudiar al extranjero, pensarías lo mismo?”. El acto culminó con un photocall en el que no pocas personas se animaron a posar junto al lema “Ez utzi endredatzen. No te dejes enredar”. Con todo, a la campaña -enmarcada en la Estrategia Antirrumores Bizilagunak en Araba y coincidiendo con el Día Internacional de las Personas Refugiadas, que se celebrará mañana martes- aún le queda un último cartucho por quemar. Y es que a las 19.00 horas del próximo viernes 30 de junio, y dentro del festival intercultural de Agurain, la plaza San Juan de este municipio albergará el espectáculo Rumor o verdad de la compañía teatral Pez Limbo. Sin duda, todo un broche de oro para dar visibilidad a la ruptura de Álava con la rumorología xenófoba.